El Camino Francés es la ruta que ha recibido a más personas desde que surgió la peregrinación a Santiago. Es el itinerario más mencionado en todas las fuentes históricas, el mejor señalizado y el que está dotado de más servicios al peregrino.
Con esta presentación, te animamos a que conozcas un poco más esta ruta milenaria y te ayudamos a planificar tu peregrinación por el Camino Francés.
HISTORIA DEL CAMINO FRANCÉS
El denominado Camino Francés es la ruta jacobea por excelencia y, sin duda, la más transitada en todos los momentos de la historia de la peregrinación a Santiago. Múltiples textos desde el S. XI hablan de él y se describe ya como un «fenómeno de masas» en una texto redactado por un monje en el S. XII, conocido hoy como el «Códice Calixtino» y considerado la primera guía turística de la Historia.
El patrocinio de la Iglesia y la Corona comenzó a definir un itinerario
Peregrinar supone ir desde un punto inicial hasta, en este caso, Santiago de Compostela. En realidad da igual por dónde lo hagas siempre que llegues al lugar de meta, pero la gran cantidad de gente que se dirigía hacia el mismo lugar, ya desde la Edad Media, hizo que surgiesen una serie de infraestructuras para atenderlos. La ubicación de estas infraestructuras, la protección que algunos senderos recibían por órdenes de caballeros que cuidaban a los peregrinos y la morfología del terreno terminaron por definir los diferentes «caminos» que hoy casi todo el mundo sigue para peregrinar.
El Camino Francés y las poblaciones por las que pasa empezaron a definirse desde el momento en el que se produjo el descubrimiento de las reliquias del apóstol en el S. IX. A la Corona le ayudó a asegurar el territorio que recuperaba de los árabes, poblando territorio vacío con grupos cristianos. Por eso, creaban nuevas villas y hacían pasar por allí el Camino. Los reyes también dieron a la Orden de Cluny mucho apoyo para que crease toda una red de monasterios a lo largo del norte de España. Los cluniacenses surgieron en el S.X en Francia y fueron muy relevantes en España por la gran cantidad de hospitales y albergues que ponían a disposición del peregrino.
Además, cuando se comenzó a peregrinar uno de los principales problemas de los caminantes era, sin duda, la seguridad. Por ello, la concreción de un camino específico para peregrinar era importante, ya que permitía dar una mayor protección a los caminantes. Este camino se fijó ya en el S. XI, sobre todo gracias a reyes como Sancho III el Mayor o Alfonso VI.
Francia se convierte en punto de entrada: la importancia de los francos
La noticia del descubrimiento de las reliquias de Santiago comenzó a difundirse por Europa ya en los S. IX y X. Francia, por su posición fronteriza, se convirtió en el principal lugar de paso para la entrada en la Península Ibérica.
La corte de Carlomagno en el S. X también sirvió como foco publicitario para la peregrinación a Santiago, ya que si se volvía a hacer que el norte de la península fuese cristiano ellos no tendrían que preocuparse por la presión que los árabes hacían en su frontera con los Pirineos. La corte llegó a afirmar que había sido el propio Carlomagno quien había descubierto los restos del apóstol.
Durante la Edad Media a todos aquellos peregrinos que entraban por Francia se les llamaba francos, fuesen o no procedentes de territorio galo (aunque la mayoría lo eran). Hay que tener en cuenta que hoy en día podemos volver a casa en tren al llegar a la meta, pero en aquel momento había que desandar el camino. Por todas las dificultades que conllevaba la vuelta, muchos francos se quedaban en la península ibérica.
Además, durante los S. XI-XIII los reyes dieron muchas cartas pueblas a los francos para que se asentasen en lugares despoblados, haciendo que el Camino Francés pasase por esas nuevas localidades. Las cartas pueblas son órdenes reales que otorgan ventajas fiscales o comerciales a un grupo social a cambio de asentarse en un lugar determinado.
Aún hoy podemos encontrar reminiscencias de todo ello, como por ejemplo en el barrio «del Franco» en Santiago de Compostela, denominado así por sus antiguos moradores, o también en todas las poblaciones que crecieron a lo largo del Camino Francés gracias a los servicios que daban a los peregrinos. Lugares como Puente la Reina tienen su origen en un núcleo que va aumentando de manera lineal teniendo el camino de peregrinación en el medio.
El Códice Calixtino: la primera «guía turística» del Camino Francés
Estamos seguros de que en S. XII las rutas del Camino Francés estaban fijadas, ya que el Códice Calixtino es una prueba irrefutable de ello. El códice data del año 1140 d.C. y se denomina de esta manera porque comienza con una carta del papa Calixto II, dirigida al arzobispo de Santiago (Diego Gelmírez) y a los monjes de Cluny.
El Codex Calixtinus es muy interesante porque en él, además de recogerse historias de milagros y relatos del apóstol, se incluye un libro cuya autoría se ha atribuido tradicionalmente a un monje francés llamado Aymeric Picaud. Este clérigo describe con bastante minuciosidad las rutas a Santiago de Compostela, así como los santuarios que se pueden encontrar en sus caminos; y también da consejos y anécdotas para peregrinar. Es lo que hoy en día denominaríamos una especie de guía turística y, por su antigüedad, el códice tiene un valor incalculable. Desgraciadamente, se hizo conocido en los últimos años por su robo en manos de un trabajador de la catedral en 2011, aunque fue hallado y devuelto a su lugar en 2012.
Afluencia del Camino Francés durante la Historia
Del esplendor medieval al ocultamiento de las reliquias
En su guía Aymeric describe el Camino Francés como un itinerario de masas, con miles de personas yendo hacia Compostela. Este esplendor comienza a decaer claramente en el en el S. XVI, aunque ya en el S. XIV se había visto muy afectado por la gran peste que asoló Europa.
La aparición del Protestantismo también afectó a la peregrinación, ya que incluso Lutero trataba de convencer al pueblo de que no fuese hasta Santiago. Hizo dudar de la autenticidad de las reliquias, llegando a decir que allí tanto podía estar el apóstol como “un perro o caballo muerto”.
Además, también en el S. XVI se producen una serie de ataques piratas en Galicia, entre ellos los de Francis Drake. Este corsario ya había expresado su intención de destruir la catedral si tenía la oportunidad. Por ello el arzobispo de Santiago, Juan de Sanclemente, decidió ocultar las reliquias del apóstol enterrándolas en el suelo del ábside de la catedral.
Con él murió el secreto de la ubicación de tan preciado tesoro y no fue hasta 1879, casi tres siglos después, cuando el historiador gallego López Ferreiro descubrió las reliquias de nuevo. En ese S. XIX la peregrinación vivía uno de sus más grandes momentos de decadencia, incentivado también por la llegada de gobiernos liberales al poder y, este nuevo descubrimiento junto con la declaración papal de autenticidad de las reliquias cinco años después, contribuyó a darle un empujón a la peregrinación y al Camino Francés.
Este empuje fue detenido por el estado de guerra total que se vivió en Europa durante la primera mitad del S. XX. Pero, en la posguerra, el Camino Francés volvió a acoger a peregrinos que buscaban recuperar en sus senderos la unidad cultural de una Europa que se había roto luchando entre ella. Comenzaron a surgir asociaciones en relación al Camino y el Camino Francés se comienza a señalizar debidamente.
Esfuerzos desde los años 80 por revitalizar el Camino: de Elías Valiña al Plan Xacobeo
En un primer momento, este esfuerzo de dinamizar el Camino fue de la mano de personas que, a nombre individual, decidían tratar de potenciar la peregrinación y ayudar a todos los que decidían emprenderla.
El Camino Francés fue el primero en ser señalizado adecuadamente y esto se le debe a un párroco de O Cebreiro llamado Elías Valiña, que fue el creador del símbolo de la flecha amarilla. Elías decidió rehabilitar el hospital de peregrinos de su parroquia y, como los peregrinos le decían que se perdían durante el camino desde Francia, en 1984 compró la pintura sobrante de señalizar las carreteras y se fue en un coche dos caballos desde Roncesvalles hasta Santiago. Fue marcando con una flecha todos los lugares susceptibles de crear confusiones en los peregrinos. Desde entonces ese símbolo de señalización, junto con la vieira, se ha mantenido.
En 1991 a estos esfuerzos individuales se les suma el institucional mediante la creación por parte de la Xunta de Galicia del Plan Xacobeo, una institución pensada para investigar sobre el Camino y potenciar la peregrinación. Desde entonces, la ruta milenaria del Camino Francés no ha parado de recibir cada vez más peregrinos, superando cada año el récord de peregrinos del anterior.
RUTAS E ITINERARIOS EN EL CAMINO FRANCÉS
Recorremos las mismas rutas desde el S. XII
Las rutas que definió en el S. XII el monje Aymeric Picaud siguen siendo las que hoy en día integran el Camino Francés. En su “guía” de 1140 el clérigo definía cuatro rutas, que desde París, Vezelay, Le Puy y Arles conectaban con el resto del continente. Las tres primeras se unían en Saint Jean Pied de Port y, la última, entraba por la frontera en Somport.
Hoy en día, mucha gente opta por comenzar su camino en Saint Jean, subiendo en la primera etapa la colina que une esta pequeña población con Roncesvalles. Es una etapa dura pero que recompensa a los peregrinos con unas vistas y un paisaje espectacular. Desde Roncesvalles, se cruza Navarra pasando por Pamplona hasta llegar a las cercanías de Puente la Reina.
Si comenzamos en Somport recorreremos lo que se conoce como Camino Aragonés hasta cerca de Puente la Reina, donde los peregrinos de ambas rutas coinciden en la ermita de San Salvador. El itinerario aragonés discurre siguiendo en su mayor parte el recorrido del río Aragón y en él nos encontraremos paisajes de belleza singular, de montaña, bosque y praderas. También visitaremos lugares de gran valor patrimonial, como la catedral de Jaca o el monasterio de Leyre.
Hay que tener en cuenta que el Camino Aragonés es más duro y de mayor dificultad técnica para peregrinar en bicicleta, especialmente en los meses de invierno. Por ello, si es la primera vez que te animas a venir a Santiago, te aconsejamos que escojas la opción de comenzar en Saint Jean o Roncesvalles. Si quieres hacerlo desde Somport, cuenta con que dependiendo de la climatología puede que tengas que coger tramos de carretera.
Número de etapas, señalización y servicios para ciclistas en el Camino Francés
En cuanto al número de etapas en bicicleta, tanto desde Somport como desde Saint Jean Pied de Port se tarda, a nivel general, cerca de tres días en pasar por Puente la Reina. Si empezamos en Somport puede que queramos añadir una etapa más para hacer el camino de manera más relajada.
En general, dedicaremos a pedalear una media de 15 días desde cualquiera de los dos puntos de inicio. En kilómetros, recorreremos 785 desde Saint Jean de Port y 820 desde Somport.
Desde Tournride queremos recalcar que, para disfrutar del camino, nunca debemos tomarnos la peregrinación como una carrera. Hay personas que hacen el Camino Francés en 12 días y otras que necesitan 19 y, por supuesto, el esfuerzo realizado siempre es igual de encomiable y cada uno debe sentirse orgulloso de sí mismo.
Lo que sí que recomendamos es que trates de organizar las etapas y el tiempo para no encontrarte con obligaciones que te hagan dejar el camino a medias. La experiencia dice que siempre es mucho más reconfortante llegar a la catedral que realizar etapas intermedias sin llegar a la meta.
Además, para conseguir la acreditación de peregrino compostelano, la “Compostella”, se deben realizar al menos 200 kilómetros en bicicleta o 100 Km a pie, pero deben ser los últimos y hay que llegar a Santiago. La temporalización o velocidad, por supuesto, la elige cada uno.
El Camino Francés está bien señalizado y cuenta con muchas poblaciones intermedias en las que encontraremos los servicios que necesitemos, por lo que en cada etapa contaremos con mucha flexibilidad para ir decidiendo hasta dónde queremos llegar. De media, en el Camino Francés hay una población cada menos de 4 Km, la mayoría con algún albergue. Muchos de ellos disponen de lugares cerrados para guardar las bicicletas. Por ello, cada día tendremos varios lugares que podremos elegir como fin de etapa.
Además de alojamientos, en muchas de las poblaciones encontraremos comercios en los que podremos comprar cosas que necesitemos. ¡Tened esto en mente a la hora de llenar las alforjas porque todo lo que metáis al principio os acompañará como peso extra!
Proposición de planificación de etapas para el Camino Francés en bicicleta
Nosotros hemos diseñado una planificación del Camino Francés para peregrinos en bicicleta tratando de que fuese apta para la mayoría de los ciclistas. Por ello, en base a cada perfil del terreno y a su dificultad las etapas pueden tener más o menos kilómetros. Hemos previsto una temporalización de 14 días, recorriendo 26 kilómetros al día en la etapa más corta y 96 en la más larga. La media será de unos 58 km/día. Recordad siempre que esto es una sugerencia, podéis unir o dividir más las etapas.
Desde Tournride proponemos lo siguiente:
- Saint-Jean Pied de Port – Santiago de Compostela:
- Saint-Jean Pied de Port – Roncesvalles (26 Km)
- Roncesvalles – Pamplona (48 Km)
- Pamplona – Estella (44 Km)
- Estella – Logroño (49 Km)
- Logroño – Santo Domingo de la Calzada (48 Km)
- Santo Domingo de la Calzada – Burgos (75 Km)
- Burgos – Carrión de los Condes (86 Km)
- Carrión de los Condes – León (96 Km)
- León – Astorga (49 Km)
- Astorga – Ponferrada (54 Km)
- Ponferrada – O Cebreiro (50 Km)
- O Cebreiro – Sarria (40 Km)
- Sarria – Melide (60 Km)
- Melide – Santiago de Compostela (56 Km)
- Somport – Santiago de Compostela:
- Somport – Arrés (59 Km)
- Arrés – Sangüesa (49 Km)
- Sangüesa – Puente la Reina (56 Km)
- Puente la Reina – Logroño (76 Km)
- Logroño – Santo Domingo de la Calzada (48 Km)
- Santo Domingo de la Calzada – Burgos (75 Km)
- Burgos – Carrión de los Condes (86 Km)
- Carrión de los Condes – León (96 Km)
- León – Astorga (49 Km)
- Astorga – Ponferrada (54 Km)
- Ponferrada – O Cebreiro (50 Km)
- O Cebreiro – Sarria (40 Km)
- Sarria – Melide (60 Km)
- Melide – Santiago de Compostela (56 Km)
Periódicamente iremos publicando información sobre cada etapa. Podrás conocer el perfil general del terreno y qué ver y hacer en ese itinerario. También daremos consejos prácticos sobre alojamiento y acceso a servicios.
EL PATRIMONIO DEL CAMINO FRANCÉS
Arte y arquitectura: toda una historia tallada en piedra
Desde el descubrimiento de las reliquias del apóstol en el S. IX, los senderos del Camino Francés se han ido llenando de historia tallada en piedra. Todos estos monumentos hoy siguen recibiendo a los visitantes que deciden emprender la peregrinación a Santiago y se han convertido por sí mismos en una razón para dedicar tiempo y esfuerzo al camino.
Además de este patrimonio material, el Camino Francés ha sido por sí mismo un elemento generador de cultura. Por sus rutas viajaron innovaciones, descubrimientos e ideas en las mentes de quienes las transitaban. Gracias a ello, personas de todas las clases sociales y lugares de Europa fueron poniéndose en contacto y, por primera vez en la historia, se fue generando lo que hoy podemos entender como la “identidad europea” que, más allá de explicaciones económicas, da sentido a nuestra unión. Es también debido a lo anterior que podemos encontrar por vez primera un estilo artístico que se extiende más allá de lo local, abarcando diferentes lugares de Europa: el románico.
Por todo esto el Camino Francés fue declarado en 1987 “Primer Itinerario Cultural Europeo”, en 1993 “Patrimonio Mundial Cultural y Nacional” por la UNESCO y en 2004 le otorgaron el “Premio Príncipe de Asturias a la Concordia”.
Además del patrimonio que se relaciona específicamente con el camino, podremos ver todo lo que la España nos puede ofrecer. La Península Ibérica es un territorio que ha sido poblado desde tiempos muy antiguos y el Camino Francés nos permite visitar lugares representativos de muchos momentos históricos. Desde los restos arqueológicos de nuestros homínidos predecesores en la sierra burgalesa de Atapuerca hasta las grandes construcciones contemporáneas de ciudades como Burgos, León, Logroño o Astorga; pasando por diferentes restos romanos, visigodos y medievales.
El patrimonio arquitectónico y artístico religioso de catedrales como Jaca o de monasterios como el de Miraflores de Burgos se mezclará con restos de arquitectura civil pensada para facilitar el camino de los peregrinos: puentes medievales como el de Puente la Reina o castillos templarios como el de Ponferrada servían para facilitar el camino y proteger a los caminantes.
También hallaremos multitud de hospitales de peregrinos como el hoy impresionante parador de San Marcos en León y podremos saciar nuestra sed en las diferentes fuentes construidas para ayudar a los viajeros. Las veremos de diferentes tipos, desde la fuente gótica de los Moros en Monjardín hasta la de Bodegas Iratxe, que mana vino en vez de agua como homenaje a aquellos peregrinos medievales cuya sustento base eran el pan y el tinto.
Cultura y folclore en el Camino Francés
Además de todo el patrimonio material ya descrito, al realizar el Camino Francés cruzaremos una gran cantidad de poblaciones del norte de España. Esto nos brinda la oportunidad de sumergirnos en su cultura y en sus tradiciones y, si tenemos suerte, de acudir algunas de sus fiestas populares. Podemos coincidir con los famosos San Fermines en Pamplona o, incluso, entrar en Santiago en plena celebración del Apóstol.
Un elemento añadido a la experiencia del camino es poder probar la gastronomía española. Después de duras jornadas de pedaleo disfrutaremos como nunca de la que muchos dicen que es la mejor comida del mundo. Podrás probar los embutidos típicos, como el chorizo y la cecina; así como la gran variedad de quesos elaborados de manera tradicional. Los platos populares como el cocido maragato, el caldo gallego, el pulpo á feira, etc., nos ayudarán a reponer fuerzas para afrontar la jornada al día siguiente.
Además de la comida, también podremos aprender un elemento muy importante de la cultura española: la cultura del vino. El Camino Francés discurre por territorios que forman parte de distintas denominaciones de origen como La Rioja, Bierzo o Ribeira Sacra y pasa cerca de otras como Ribera del Duero o Toro. Podremos ir recorriendo España con nuestro paladar.
Al seguir los senderos del Camino Francés estaremos formando parte de una historia viva y en permanente transformación. Es el Camino con mayúsculas y por excelencia y, desde el S. IX, ha acogido a todas las personas que han querido dejar sus huellas en él. Además, su buena señalización y calidad de servicios facilitan su recorrido ciclable. ¿Te animas a convertirte en un franco y pedalear con nosotros?