Distancia a Santiago: 202 km
Distancia en etapa: 52 km
Tiempo estimado: 5 – 7 horas
Cota mínima: 480 m
Cota máxima: 1302 m
Dificultad de la ruta: Muy alta
Lugares de interés: Cacabelos, Villafranca del Bierzo, O Cebreiro
Mapa de itinerario: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí
Esta etapa tiene dos partes bien diferenciadas. La primera engloba desde la salida de Ponferrada hasta Las Herrerías (km 44) y en ella la ruta peatonal es perfectamente ciclable. Se cruza el valle del Bierzo por sendas amplias de tierra, carreteras comarcales o andaderos asfaltados. También se puede ir por carretera, por la LE-713 hasta Villafranca del Bierzo y luego por la N-VI y la NA-006A hasta Las Herrerías.
En Las Herrerías comienza la segunda parte, ¡toca subir piñones! Para los que no cruzaron los Pirineos, la subida en bicicleta a O Cebreiro será, sin duda, el tramo de rampa más duro al que se van a enfrentar en todo el Camino Francés. Hay señalizaciones diferenciadas para caminantes y ciclistas, dada la peligrosidad de algunos de los senderos. Únicamente recomendamos a los ciclistas más experimentados que se piensen ir por el camino tradicional. En general será mejor hacer todo el recorrido por asfalto, primero por la CV-125/1 hasta La Laguna y después por una pista asfaltada que cruza la frontera por una cota superior que el camino peatonal.
Bajemos marchas y tomémoslo con calma… ¡Hoy cruzamos los Ancares!
Los Ancares (Fotografía cedida por Anlopelope en Flickr bajo las siguientes condiciones)
PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA
La salida de Ponferrada se puede hacer un poco larga, como ocurre a veces en las ciudades. Por eso en Tournride os proponemos una variante más sencilla. Simplemente se debe cruzar el puente del Castillo y coger la segunda salida en la rotonda de la Plaza Portales. Siguiendo la Avda. de Asturias todo recto, cruzaremos cinco rotondas más y pasaremos por debajo de la N-VI. En la rotonda tras el paso inferior giramos a la izquierda y ya habremos llegado a Columbrianos. Si preferís seguir la ruta jacobea tradicional, debéis seguir el trazado verde en nuestro mapa de etapa.
Ya en Columbrianos, debemos girar a la izquierda por una calle que sale oblicuamente justo antes del paso de peatones que cruza la carretera en la mitad del pueblo.
Por pistas asfaltadas seguimos hasta Camponaraya (km 7). Siguiendo recto por la carretera que atraviesa la localidad pasaremos por unas naves industriales y, después de cruzar la rotonda que hay allí, debemos coger un camino asfaltado que abandona la carretera por la izquierda, al lado de las instalaciones de una bodega.
En ligerísima pendiente positiva seguimos por ese camino asfaltado, dejando un área de descanso a nuestra izquierda. Cruzamos la A-6 por un paso superior y, después, recorremos un bonito tramo de cerca de 3 km por una amplia pista de tierra entre viñedos.
Llegamos así a Cacabelos (km 16), que cruzamos de este a oeste para salir por el puente de piedra sobre el río Cúa. El puente nos deja directamente en la LE-713, que seguiremos en ligera cuesta hasta Pieros, pequeña localidad a la derecha de la carretera.
Seguimos por la LE-713 tras salir de Pieros y en 2 km el asfalto se llena de señales contradictorias. Algunas indican a una bifurcación que aparece a nuestra derecha y otras sugieren seguir recto. Son dos opciones diferentes para llegar a Villafranca del Bierzo:
- Si vamos hacia la derecha seguiremos en cuesta por asfalto durante 300 metros, para después coger una senda amplia de tierra hacia la izquierda. En perfil bastante tendido, aunque con permanentes “saltitos” llegamos a Valtuille de Arriba y, desde ahí, volvemos en dirección suroeste por sendas de tierra y grava hasta Villafranca del Bierzo.
- Si seguimos recto recorreremos la LE-713 durante 2 km en pendiente negativa, hasta llegar a un desvío que sale hacia la derecha en forma de senda (cuidado con pasárserlo, ¡no está muy señalizado!). Tras 1,5 km por esa senda llegaremos al punto de unión de los dos caminos para entrar en Villafranca del Bierzo.
Las dos opciones son completamente ciclables. La primera abandona la carretera en pro de un paisaje más natural, pero el perfil no es tan homogéneo y el firme es de tierra. Por carretera haremos los 2 km hasta el desvío en un periquete, ya que con tanta cuesta abajo no tendremos ni que pedalear.
Viñedos del Bierzo (Fotografía cedida por malditofriki en Flickr bajo las siguientes condiciones)
Desde Villafranca del Bierzo (km 24) la dinámica de la etapa cambia bastante. El perfil sigue siendo muy asequible hasta Las Herrerías (km 44) pero ya no vamos por carreteras secundarias o sendas, sino que circulamos por la N-VI. El camino peatonal discure por un andadero a la izquierda del asfalto, pero nosotros podemos ir por el arcén. La N-VI no tiene demasiado tráfico hoy en día, ya que la A-6 es la vía principal de tránsito.
De hecho, la A-6 también nos acompañará durante todo el recorrido hasta la subida a Los Ancares. La cruzaremos varias veces por debajo de sus enormes viaductos. Pasamos cuatro poblaciones en nuestro recorrido por la N-VI: Pereje (km 29), Trabadelo (33,5) y La Portela de Valcarce (38). Después de pasar por la enorme estación de servicio de La Portela de Valcarce cogemos un desvío que sale a la izquierda de la N-VI e indica “Vega de Valcarce”. Dejamos a nuestra derecha la nacional y cogemos una carretera comarcal (N-006A) que discurre a la vera del río Valcarce.
Siguiendo la N-006A pasamos por Ambasmestas (km 39) y Vega de Valcarce (40,5). La carretera comarcal desemboca de nuevo en la N-VI y por ella ya entramos en Ruitelán (42,5). Tras cruzar Ruitelán seguimos unos 200 metros por la nacional, pero tras un par de curvas ya vemos las señales que nos indican el desvío a la izquierda por la CV-125/1, por donde entramos en Las Herrerías.
¡Comienza lo bueno! Ponemos el piñón más grande y el plato más pequeño y nos preparamos para afrontar el que es, junto con el cruce de los Pirineos, el tramo más duro del Camino Francés. Eso sí, el paisaje de etapa se grabará en vuestra memoria, un entorno natural que luce con mil matices diferentes en cada época del año.
Subida a O Cebreiro (Fotografía cedida por Miguel Vicente Martínez Juan en Flickr bajo las siguientes condiciones)
Por la CV-125/1, buena pista asfaltada, comenzamos subiendo desde Las Herrerías con pendientes de cerca del 10%. En 2 km llegaremos a un punto en el que vemos pintadas en el asfalto indicaciones diferentes para peatones y ciclistas. Nosotros debemos seguir recto sin coger la senda de tierra. Nuestro recorrido es más largo pero con mejor firme y, aunque parezca mentira, con pendientes menos acusadas que el peatonal.
Siguiendo la carretera, con pendientes de entre el 7 y el 25%, llegamos a un punto en el que la carretera se bifurca. Aquí debemos escoger seguir recto para entrar en La Faba (km 47,5) o desviarnos a la derecha para ir directamente a La Laguna (km 50). Tened en cuenta que si decidimos ir a La Faba luego debemos usar la senda peatonal para ir hasta La Laguna, más ciclable que la inicial pero estrecha, de firme muy pedregoso y con pendientes medias de más del 15%. ¡Sólo leyendas como John Tomac conseguirán subir sin tener que bajarse de la bici en ningún momento!
Ya en La Laguna de Castilla nos despedimos de Castilla y León, ya que ésta es la última localidad que visitaremos en esta comunidad. ¡Quizás por ello se han empeñado en marcarlo en su toponimia!
Al salir de La Laguna las señales jacobeas indican que se siga una senda que sale a la izquierda de la pista asfaltada. Por ella los peatones recorren los últimos 900 metros de subida hasta el límite provincial con Galicia, marcado con un gran mojón con las insignias del Camino. La senda es bastante ancha, dentro de lo que cabe, pero el firme es muy complicado. Facilita bastante el itinerario seguir recto, por la pista asfaltada. Si queremos ver el mojón de la frontera podemos dejar las bicis y usar un caminito de 100 metros para bajar al sendero y verlo, volviendo a subir después.
Desde este punto estamos a tan sólo 1 km de nuestro fin de etapa: O Cebreiro. Esta encantadora y tradicional población nos recibe para ofrecernos el mejor reconstituyente que existe…. ¡Si Popeye hubiese sabido que existía el caldo gallego no hubiese probado jamás las espinacas!
Palloza en O Cebreiro (Fotografía cedida por Jim Anzalone en Flickr bajo las siguientes condiciones)
CONSEJOS PRÁCTICOS
- Ponferrada es un punto en el que muchos ciclistas comienzan su camino, ¡es el mínimo kilometraje a recorrer para obtener la Compostela! Si decidís comenzar vuestro camino en Ponferrada, os ayudamos a llegar hasta allí:
- Autobús: Ponferrada es un punto de paso de la A-6, la autopista que conecta Galicia con Madrid. Es un punto bastante importante de tránsito rodado, por lo que no tendremos problemas en llegar en autobús. Para ver todas las conexiones de Ponferrada podéis mirar Checkmybus, aunque la compañía que más itinerarios y horarios ofrece es Alsa.
- Tren: Hay bastantes conexiones de tren, porque es un nudo ferroviario bastante importante. No tiene alta velocidad, para eso hay que ir a León, pero no tendréis problemas en encontrar una buena ruta. Lo mejor es mirar la página de Renfe.
En Ponferrada no hay aeropuerto, el más cercano es el de León. No olvidéis que también podéis usar compañías como Blablacar para compartir coche.
Además, ya sabéis que en Tournride os dejamos la bici durante el día anterior al de inicio de vuestro viaje en el alojamiento que decidáis en Ponferrada (o en la oficina de SEUR, está aquí pero recordar que cierra los fines de semana). También podemos llevarnos vuestro equipaje sobrante para que os esté esperando en vuestro fin de camino, ¡así no tendréis que cargar con peso innecesario!
- La salida peatonal de Ponferrada puede ser un poco complicada (ruta verde en nuestro mapa de Tournride). Recomendamos seguir el itinerario que hemos desarrollado para simplificarla y que hemos incluido en la ruta roja.
- En Ponferrada comienza un Camino Jacobeo que se ha declarado como oficial en el año 2016, el Camino de Invierno. Dada la dura climatología de la zona de Os Ancares y de Lugo, este itinerario es una opción para entrar en Galicia cuando hay mucha nieve. Va más hacia el sur y entra por Ourense, recorriendo la maravillosa zona de la Ribeira Sacra. Se une con la Vía de la Plata (que nace en Sevilla) en A Laxe, muy cerca de Santiago de Compostela.
- Si hacéis esta ruta en verano, tened en cuenta que desde Las Herrerías no tendréis ningún servicio hasta La Laguna de Castilla, ya que seguramente no pasaréis por La Faba. ¡Muy importante llevar agua en la subida!
- Esta etapa se recorre en gran parte por carreteras nacionales o comarcales. Esto facilita mantener un buen ritmo de marcha sin mucha peligrosidad, ya que no son vías con excesivo tráfico rodado. Aún así, como siempre aconsejamos llevar las señalizaciones adecuadas y tomar las precauciones que sean necesarias.
- Resumen de recomendaciones para la subida a O Cebreiro en bicicleta: 1) Fijarse bien en el itinerario de subida para ciclistas que hemos marcado en el mapa, es diferente que el de los peatones.
2) Subir poco a poco, no hay repechos para descansar así que si forzamos al principio puede que el final sea agónico. Si mantenemos una subida constante llegaremos sin problemas.
- O Cebreiro es un lugar de fin de etapa muy pequeño. A pesar de que tiene muchos servicios al peregrino, en verano puede que os encontréis con que hay demasiada gente. Si véis que es así, sabed que en Liñares (a 3 km siguiendo el camino) hay un albergue. No tiene muchas plazas, así que si queréis aseguraros podéis ir hasta Piedrafita do Cebreiro. No está propiamente en el Camino Francés, pero tiene mucho más servicios y está a 3,5 km.
ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
En esta etapa combinaremos el recorrido por paisajes naturales de extrema belleza como el Valle del Bierzo y la subida a Os Ancares, con el paso por poblaciones con mucho encanto y patrimonio jacobeo como Cacabelos o Villafranca del Bierzo, “la pequeña Compostela”.
Entretanto, visitaremos también multitud de pequeñas poblaciones rurales en las que la gente, la gastronomía y la arquitectura popular comenzarán a cambiar gradualmente, abandonando las raíces castellanas para parecerse más a lo que nos espera en Galicia.
Terminaremos en O Cebreiro, población que según la leyenda custodia el Santo Grial, símbolo de gran importancia plasmado en la bandera de Galicia. En O Cebreiro hallaremos, seguro, un lugar donde descansar entre sus grandes pallozas y paisajes maravillosos… Sus amaneceres y atardeceres no dejan indiferente a nadie.
¡Bienvenidos a Galicia, ya quedan sólo 150 km hasta Santiago!
Iglesia de Santa Maria la Real en O Cebreiro (Fotografía cedida por José Antonio Gil Martínez en Flickr bajo las siguientes condiciones)
DESDE PONFERRADA A CACABELOS… ¡DE PUENTE A PUENTE NOS DEJAMOS LLEVAR POR LA CORRIENTE!
Para abandonar Ponferrada tenemos dos opciones. La más fácil sencilla es ir por el Puente del Castillo y en la rotonda coger la segunda salida para seguir recto durante otras 5 rotondas. Tras pasar por debajo de la N-VI vemos otra rotonda y, girando en ella a la izquierda, entramos ya en Columbrianos.
Esta no es la ruta tradicional y, por lo tanto, no está señalizada. En Tournride la proponemos porque sabemos que la salida de las urbes es un tanto confusa en bicicleta. Pero, si preferís ir por el camino propiamente jacobeo, también os indicamos cómo hacerlo.
La salida tradicional cruza por el Puente de la Puebla y se desvía después a la derecha por la calle Av. Huertas del Sacramento, que desemboca en una rotonda. Giramos a la derecha y cruzamos la siguiente rotonda, dejando a la derecha el Museo de la Energía.
También denominado “La Fábrica de la Luz”, el Museo de la Energía es más bien un espacio divulgativo y científico sobre la producción de energía. Ocupa el edificio de la que fue la primera central térmica que se construyó en toda España. Una investigación demostró, años después, que durante el acto de inauguración en 1949 tuvo lugar un intento fallido de asesinar a Franco. En los años 70 la central cerró y se construyó otra central llamada Compostilla II, al lado del Sil y muy cerca de la primera, que hoy sigue funcionando.
Museo de la Energía (Fotografía cedida por Ene.Museo en Flickr bajo las siguientes condiciones)
Dejando el museo a la derecha, giramos a la izquierda en la rotonda y entramos en la población de Compostilla. A pesar de que hay indicios de habitación previa, surgió a partir de la construcción de casas por parte de Endesa para sus trabajadores de la central térmica. El nombre lo debe a Compostela, lo que evidencia que es paso jacobeo. En el centro del pueblo está su iglesia parroquial, que fue construida durante el S. XX y está rodeada por un parque.
Saliendo ya de Compostilla por la calle Cabo de Finisterre, cruzamos la N-VI por un paso subterráneo y después nos desviamos hacia la izquierda para llegar a Columbrianos. En la calle Real nos uniremos ya a los peregrinos que han decidido salir en bici de Ponferrada por la ruta más sencilla que proponemos en Tournride.
Columbrianos es una población de cerca de 1400 habitantes dedicada eminentemente a la agricultura, especialmente de flores, vino y lechugas. El camino no recorre toda la localidad, sino que se desvía en su centro urbano para seguir invariablemente hacia el oeste por la calle San Blas.
Por una pista asfaltada entre campos de cultivo pasamos por Fuentes Nuevas y, en pocos metros, a la calle principal de Camponaraya (que coincide con la LE-713).
Camponaraya es el resultado de la unión de dos pueblos diferentes: Campo y Naraya, siendo el último el más antiguo. Se unieron en el S. XV, cuando Naraya contaba ya con varios hospitales de peregrinos. Siguiendo su calle principal cruzamos una rotonda y, en la siguiente, debemos coger una calle asfaltada que sale a la izquierda, a lado de las instalaciones de una bodega. Subimos en pendiente media hasta llegar a un cruce superior de la A-6 y desembocamos en una cómoda pista de tierra bastante ancha, entre viñedos.
El cambio de entorno es muy agradable, dejamos atrás el tráfico y circulamos entre agradables viñas bercianas. El camino es un constante sube y baja, pero muy suave. Cruzamos la carretera con cuidado y por una pista asfaltada entramos en Cacabelos.
Cacabelos (Fotografía cedida por Rufino Lasaosa en Flickr bajo las siguientes condiciones)
Cacabelos (km 16) es uno de los núcleos más grandes que visitaremos hoy. Dejamos a la derecha la sede del Consejo Regulador de la D.O. de El Bierzo y por la calle Santa María entramos en el monumental enclave, cuyo centro neurálgico se sitúa a la derecha del río Cúa.
A pesar de que hay restos que demuestran que en la vera del río hubo asentamientos desde el Paleolítico, la fundación del Cacabelos que hoy conocemos tiene origen romano. Se llamaba Bergidum Flavium, aunque tras la caída del Imperio y la desaparición del reino Visigodo el territorio quedó casi abandonado. En el S. X se menciona por primera vez el pueblo con el nombre de Cacabelos, aunque el origen de su toponimia no está claro.
Cacabelos tiene la curiosidad histórica de que desde el S. XII hasta el XIX estuvo bajo la jurisdicción del arzobispo de Santiago de Compostela. Antes estaba bajo la de la diócesis de Astorga, pero en 1108 Diego Gelmírez, arzobispo de Santiago y gran impulsor de la catedral, mandó construir la iglesia de Santa María en Cacabelos, lo que enfadó al obispo de Astorga porque se estaba metiendo en su territorio. Al final el rey le dio la razón a Gelmírez… ¡En ese momento el arzobispo compostelano tenía mucho poder!
La iglesia de Santa María sigue hoy en pie y se encuentra al lado de la plaza mayor, en el centro del pueblo. Conserva el ábside románico, aunque el resto es del XVI. La torre, muy llamativa en el medio de la fachada, es del S. XX pero se construyó siguiendo las formas románicas.
En la propia calle Santa María pasaremos también por la ermita de San Roque. Se dedicó el templo a este santo en el S. XVI debido a la gran epidemia de peste que sufrió Cacabelos, ya que a este santo se le atribuyen propiedades protectoras de esta enfermedad. El templo alberga el Museo parroquial de Cacabelos, que exhibe arte sacro del S. XVIII.
La calle peatonal desemboca en el puente sobre el río Cúa. Hay indicios de que ya en la época medieval había un puente en el mismo lugar, lo que hizo precisamente que Cacabelos fuese un paso obligado en el Camino de Santiago.
Tras cruzarlo seguimos recto y dejamos a la derecha el albergue municipal. Tiene una configuración curiosa, porque se organiza en habitaciones de dos personas en el patio de la iglesia de la Virgen de las Angustias, rodeando completamente el templo.
Dejamos atrás Cacabelos siguiendo la LE-713 en pendiente positiva. Los primeros 16 km de etapa los hemos pasado entre el puente de Ponferrada y el de Cacabelos, ahora ya entre viñedos iremos a Villafranca y, después, la vera del río Valcarce nos conducirá hacia la frontera con Galicia… ¡Falta poco, peregrinos!
Puente de Cacabelos (Fotografía cedida por José Antonio Gil Martínez en Flickr bajo las siguientes condiciones)
DE CACABELOS A VILLAFRANCA DEL BIERZO, “LA PEQUEÑA COMPOSTELA”
Tras 2 km cuesta arriba llegamos a Pieros, una pequeña población a la derecha de la carretera. Al salir del pueblo, tan sólo 200 m después, vemos un desvío a la derecha y múltiples señales pintadas en la carretera.
Dado que el camino tradicional sigue el curso de la LE-713, lo que para los caminantes es bastante incómodo y peligroso, ha surgido este camino alternativo. Se pierde hacia el norte, pasando por Valtuille de Arriba, y luego se vuelve a unir al tradicional antes de entrar en Villafranca.
Los dos caminos son ciclables y la diferencia de distancia a recorrer es tan sólo de 1,5 km. El del desvío es el más largo y, quizás, un poco más duro. Sigue cuesta arriba durante unos metros y luego recorre sendas de tierra y grava en un perfil lleno de intermitentes y suaves saltos. El de la carretera es de perfil mucho más sencillo, ya que tras el desvío sigue cuesta abajo el curso de la LE-713 durante 2 km, para coger luego una senda a la derecha donde se une ya con el camino alternativo.
Unos metros después de unirse que ambos caminos se unan, la senda de tierra se convierte en una pista asfaltada por la que entramos en Villafranca del Bierzo. Esta localidad debe su nacimiento y desarrollo al camino de Santiago y su cercanía a Galicia (a la cual perteneció durante mucho tiempo) hace que sus tradiciones y fiestas populares comiencen a desdibujar las raíces leonesas para parecerse más a las gallegas.
Desde que la orden de Cluny creó un monasterio en el S. XI entre estas montañas para atender a los peregrinos, muchas otras lo hicieron y el lugar terminó contando con multitud de hospitales y servicios: botica, templos, leproserías, comercios, etc. De hecho, aquí se instalaron muchos comerciantes francos, de ahí el origen de su nombre: “villa francorum”. Los monjes de Cluny también fueron los que comenzaron a plantar vino en esta zona, producto que hoy es característico y diferenciador del Bierzo.
Nada más entrar en la localidad, vemos a nuestra izquierda la iglesia de Santiago. Desde el S. XII este templo tiene el privilegio de ser el único que, junto con la catedral de Santiago, puede otorgar el jubileo. Los peregrinos muy enfermos que no consigan llegar hasta Santiago conseguirán aquí el perdón y su peregrinación se considerará finalizada, por eso le llama a Villafranca “la pequeña Compostela”.
Iglesia de Santiago en Villafranca (Fotografía cedida por Javier Perez en Flickr bajo las siguientes condiciones)
La iglesia está dedicada al apóstol y su fábrica es sencilla: una sola nave cubierta con bóveda de cañón y rematada en un ábside semicircular que sólo se abre en tres pequeños vanos. Esta sencillez contrasta enormemente con la calidad escultórica de sus portadas, especialmente de la Puerta del Perdón. Exactamente igual que la de la catedral de Compostela, esta puerta sólo abre los años jubileos para que los peregrinos enfermos la crucen. Eso sí, ¡es necesario haber recorrido 150 km como mínimo para conseguir las indulgencias!
Siguiendo recto por la calle adoquinada, de firme incómodo para ciclistas, nos encontramos de frente con el Castillo del Bierzo. Esta construcción cuadrangular, principalmente de mampostería, se construyó en el XVI y fue concebido más bien como un palacio fortificado. Tiene cuatro torres, en las que están esculpidos los blasones de la familia.
Siguiendo por la carretera bordeamos el castillo y giramos a la derecha. Poco después una señal indica el desvío hacia una cuesta peatonal que nos lleva al casco histórico de la localidad.
Por esta calle adoquinada pasamos por enfrente del Ayuntamiento del Bierzo y del Convento de los Padres Paúles. Estos religiosos llegaron a este convento en 1899 (antes estaba ocupado por los jesuitas) pero hace 7 años abandonaron el edificio por la falta de demanda de sus estudios seminaristas. Desde entonces lo lleva el Ayuntamiento de Villafranca. En una de sus dependencias se ubica un Museo de Ciencias Naturales, que tiene ejemplares disecados de diferentes especies, sobre todo de pájaros. Parte del edificio funciona también como albergue de peregrinos y hospedería.
Seguimos por la calle de la Alameda Baja, dejando los bonitos jardines de la alameda a nuestra derecha. Tras hacer la curva a la izquierda vemos la Colegiata de Santa María de Cluniaco. Este monumental edificio es el resultado de la superposición de ampliaciones desde el S. XII, cuando los monjes cluniacenses se instalaron en este valle entre montañas para fundar un lugar de atención a los peregrinos, lo que fue el germen de Villafranca del Bierzo.
La Orden de Cluny, nacida en Francia, creó toda una red de monasterios para fomentar la peregrinación y ayudar a los caminantes en su viaje a Santiago, con el beneplácito y apoyo de la Corona. La red de grandes centros que crearon convirtieron a la peregrinación jacobea en lo que es y sirvieron de centros difusores del románico, consiguiendo por primera vez que un mismo estilo arquitectónico se usase en toda Europa.
De esa fábrica románica inicial en este convento no queda nada, ya que cuando en el S. XIV la peregrinación entró en un momento de declive el lugar se abandonó. Dos siglos más tarde se decidió convertir el monasterio en colegiata, reconstruyéndolo completamente. Por lo tanto, el monumental edificio que vemos hoy es renacentista, siendo muy llamativo la variedad de cubriciones que se usan para los diferentes espacios del templo.
Dejando atrás la Colegiata, seguimos la calle y cruzamos el puente sobre el río Burbia, saliendo ya de Villafranca del Bierzo.
SEGUIMOS LA N-VI A LA VERA DEL VALCARCE Y LLEGAMOS A LOS PIES DE LOS ANCARES EN LAS HERRERÍAS
A la salida de Villafranca el camino peatonal sigue el curso de la N-VI por un andadero asfaltado. Para nosotros va a resultar mucho más cómodo seguir por el arcén de la carretera, ¡recorreremos los kilómetros volando, porque además el perfil es muy sencillo! Desde que se construyó la autopista, la carretera nacional tiene muy poco tráfico y discurre entre los grandes desniveles montañosos del Bierzo, todo un mar de verde. En otoño podremos ver cómo los árboles se tiñen de decenas de colores, desde el amarillo claro hasta el rojo y el verde…. ¡Un espectáculo natural!
A la salida de Villafranca la carretera se curva hacia la izquierda para enlazar con la N-VI. Justo en el punto de unión, a la derecha, la artista Raquel Montero desarrolló durante finales del 2016 su intervención “El bosque azul”. En una zona que se había quemado durante el 2015, pintó los árboles ennegrecidos de un fuerte color azul para convertir un paisaje desolado en algo mágico.
Ya en la N-VI, seguimos por su arcén derecho durante 3 km para llegar a Pereje, una pequeña población que cuenta con bar. Para entrar en la población debemos desviarnos en la entrada, sino la pasaremos de largo.
Seguimos otros 4,5 km para llegar a Trabadelo, pueblo de cerca de 400 habitantes. Si escuchamos hablar a alguno, nos daremos cuenta de lo cerca que estamos de la frontera, porque muchos de ellos hablan gallego. Esta parte del Bierzo tiene su historia muy ligada a la gallega, lo que se hará cada vez más patente según nos acerquemos a la comunidad autónoma del apóstol.
A la salida de Trabadelo hay que estar atentos, ya que al pasar por debajo del viaducto de la A-6 hay que coger una senda de tierra que nos devuelve a la N-VI. ¡Si vamos rápido nos pasaremos el desvío!
Pereje (Fotografía cedida por Bill Bereza en Flickr bajo las siguientes condiciones)
De nuevo en la carretera nacional, cruzamos de nuevo el viaducto de la A-6 y pasamos por enfrente de la estación de servicio de Valcarce. Lugar mítico de parada de camioneros y conductores en general en su camino de Galicia al centro de España, lleva sirviendo 24 horas al día durante años a todos los que han hecho parada allí. En la parte baja tiene una tienda de productos típicos del Bierzo, donde podemos comprar verdaderas exquisiteces…
Tras pasar la estación de servicio vemos a la izquierda de la N-VI La Portela de Valcarce. Esta población se llama así porque antiguamente funcionaba como una especie de “puerta” que se abría o se cerraba a los viajeros en función de que pagasen (o no) un impuesto a los señores de esas tierras. Alfonso VI terminó por suprimir estos peajes, a la vista de los abusos que muchas veces tenían lugar, ya que este punto era clave para la comunicación del noroeste con el resto de la península.
Volvemos a la N-VI y, unos metros después, debemos estar atentos. Hay que abandonar la N-VI, tomando el desvío a la izquierda que indica “Vega de Valcarce”.
Cambiamos la nacional por la comarcal. Por la N-006A, una carretera muy poco transitada que sigue el curso del río Valcarce, seguiremos hasta Ruitelán pasando por varias localidades jacobeas.
La primera que visitamos es Ambasmestas, un tranquilo asentamiento que tiene una fábrica de encurtidos y una quesería muy antiguas, de finales del XIX. Después seguimos hasta Vega de Valcarce. Esta población será la más grande que hallaremos hasta nuestro fin de etapa. Si no hemos comprado nada de comer o no tenemos mucha agua, recomendamos parar en alguno de sus múltiples comercios para comprar algo.
Vega de Valcarce (Fotografía cedida por calafellvalo en Flickr bajo las siguientes condiciones)
El pueblo de Vega de Valcarce está flanqueado por dos castillos, siendo el más importante el de Serracín. Está en una cota más alta, entre las montañas que surgen a la vera izquierda del río Valcarce. Se llama así porque el conde que lo ostentaba se llamaba Sarracino. Seguramente se levantó en el S. X, aunque la mayoría de lo que queda hoy es del XIV y no se conserva en su totalidad.
En Vega de Valcarce también hay un antiguo molino en el río, que se restauró hace poco. Es del S. XIX y tiene una sola planta. Conserva toda la maquinaria, que se movía gracias a la corriente del agua que corría bajo la edificación.
Salimos de Vega de Valcarce y seguimos por la pista asfaltada hasta desembocar en la N-VI. En pocos metros llegamos a Ruitelán, que tiene la carretera como calle principal. En ella se encuentra la iglesia de San Juan, de fábrica inicial del S. XIII pero restaurada en el XVII.
Lo más especial de la iglesia de San Juan es la capilla de San Froilán, a la derecha del altar mayor. Según la leyenda, cuando este santo terminó sus estudios religiosos en el S. IX, tuvo una crisis espiritual. Decidió retirarse a una gruta en las montañas del Bierzo para vivir como un ermitaño y, precisamente, se cree que donde está la capilla hoy en día fue donde estaba esa cueva natural. Tras un largo periodo en aislamiento, San Froilán decidió poner a prueba su conexión con Dios llenando su boca de brasas ardiendo. Al ver que no se quemaba, decidió terminar su retiro y dedicó muchos años a predicar por toda la zona del Bierzo y Galicia.
Dejamos Ruitelán atrás por la N-VI y, tras unos 900 metros, la carretera hace una pronunciada curva a la derecha. Antes de llegar, nosotros debemos abandonar la nacional por una pista asfaltada que aparece a nuestra izquierda, siguiendo la vera del río. En menos de 500 metros llegamos ya a las Herrerías… ¡Es nuestro punto de salida para la subida a O Cebreiro!
ADENTRÁNDONOS EN LOS ANCARES…. TOCA LA SUBIDA A O CEBREIRO EN BICICLETA
Las Herrerías es un bonito pueblo, de configuración alargada, que se encuentra al pie de las montañas, en la vera izquierda del río das Lamas. Se entra al pueblo cruzando el río por un puente de origen romano de un solo arco, que ha sido restaurado hace poco. Las Herrerías debe su desarrollo y su escasamente original nombre precisamente a su tradición herrera. Antiguamente había cuatro fraguas en este lugar, que trabajaban metales de las montañas cercanas, lo que lo convirtió en un importante foco comercial. De hecho, una de ellas se ha conservado con todos sus utensilios en una edificación que se llama A Casa do Ferreiro.
A la salida de Las Herrerías notamos cómo la pendiente aumenta de forma considerable. ¡Comenzamos el ascenso! El firme acompaña, es una buena pista asfaltada (CV-125/1). A la salida del pueblo la pista se bifurca en dos y nosotros debemos seguir por la derecha, dirección “La Faba”. Un kilómetro después el camino peatonal y el de las bicicletas se divide, con señales diferenciadas pintadas en el suelo.
Nosotros seguimos por la pista asfaltada, que seguirá cogiendo cada vez más pendiente. No hay repechos ni altiplanos en la subida. Es continua hasta la Faba, sólo varía la inclinación, con tramos del 7 al 25% de pendiente porcentual. Lo mejor es ajustar piñones y platos y tratar de mantener un ritmo lento pero constante de subida. Si forzamos en los primeros kilómetros puede que al final lo paguemos teniendo que bajarnos de la bici.
Subida a O Cebreiro (Fotografía cedida por Miguel Vicente Martínez Juan en Flickr bajo las siguientes condiciones)
Por esta carretera circulan poquísimos coches, así que el tráfico no debería entorpecer nuestra marcha. Subimos durante 2 km, hasta que un desvío aparece de manera pronunciada a nuestra derecha. Las señales en el asfalto recomiendan a los ciclistas girar a la derecha para ir directamente a La Laguna sin pasar por la Faba, y así también lo aconsejamos en Tournride.
Si se obvian las recomendaciones y se sigue recto, una curva pronunciada nos llevará a La Faba y, desde allí, la única manera de salir es siguiendo los senderos peatonales o volviendo sobre nuestros pasos hasta este mismo punto de desvío. El sendero peatonal es inclinado y de firme peligroso, además de bastante estrecho, así que seguramente haya que bajarse y empujar la bicicleta.
Si cogemos el desvío pronunciado a la derecha, seguimos subiendo por la pista CV-125/1. La pendiente se relaja sutilmente, pero el cansancio acumulado también pesa y compensa la balanza. En 3,5 km llegamos a La Laguna de Castilla, último pueblo de esta comunidad. Estamos a 1165 metros de altitud y sólo nos quedan unos 2,5 km para llegar a O Cebreiro y entrar en Lugo. Si lo deseamos, podemos disfrutar de las maravillosas vistas en esta pequeña población de tan sólo unos 25 habitantes.
Nada más salir de la Laguna, un mojón jacobeo indica el desvío hacia una senda de tierra pedregosa que aparece a la izquierda. Aunque esta vez no haya señales diferenciadas, recomendamos seguir por la pista asfaltada. La pista de tierra que se marca para el cruce de la frontera es de muy mal firme, con grandes piedras, y aunque es mucho más ancha que las anteriores no tienen ningún tipo de quitamiedos para evitar caídas por la falda de la montaña. Si seguimos por la pistas haremos el mismo itinerario de manera paralela, pero a una cota un poco mayor.
Tras un par de kilómetros llegamos a la frontera. En la pista no hay señalización, pero hay un pequeño sendero que lleva a la senda peatonal, donde hay un gran mojón que marca el límite provincial con los símbolos del Camino. Si queremos, podemos dejar las bicicletas para ir a verlo.
Tan sólo unos metros después entramos, por fin, en O Cebreiro. Nos habremos dado cuenta a estas alturas del radical cambio de paisaje, arquitectura y gentes que hemos experimentado en tan sólo una etapa… ¡Bienvenidos a Galicia!