ETAPA 5: DE LOGROÑO A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA
Cristina FernándezCAMINO FRANCÉS EN BICICLETA
- Distancia a Santiago: 612 km
- Distancia en etapa: 50 km
- Tiempo estimado: 4 – 4,5 horas
- Cota mínima: 740 m
- Cota máxima: 380 m
- Dificultad de la ruta: Media – baja
- Lugares de interés: Navarrete, Nájera, Santo Domingo de la Calzada. Opcional el desvío a San Millán de la Cogolla para ver los Monasterios de Yuso y Suso.
- Mapa de itinerario: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí
PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA
Al salir de Logroño por la zona industrial llegamos a un carril bici que en ligerísima rampa (de cerca del 1,5%) nos hace aparecer en el borde del embalse de La Grajera en menos de 2,5 km.
Bordeamos el embalse por la derecha, en un sendero sin inclinación que terminará en una carretera estrecha en rampa. Debemos subirla durante 1 km hasta llegar al borde de la autopista A-12.
Seguimos por esa pista asfaltada con la autovía a nuestra derecha durante poco más de 1 km, cuando nos incorporamos a la N120 durante sólo 200 m, ya que debemos coger una salida señalizada a la derecha y que nos lleva a cruzar la AP 68 por un paso superior. Todo este tramo desde el embalse hasta la AP 68 lo hacemos en ligera pendiente por pistas asfaltadas o de gravilla bastante cómodas. Precaución únicamente al cruzar la N120.
Desde que cruzamos la AP 68 por ese paso superior el perfil va a ser de ligera rampa hasta que lleguemos al Alto de San Antón (kilómetro 20 de etapa). Es decir, en los siguientes 9 km superamos una diferencia de cota de 230 m, alternando pistas de gravilla con otras asfaltadas entre campos y viñedos.
Navarrete está en lo alto de una especie de cerro. Tras cruzarlo salimos por la N 120, que seguimos durante 1,5 km hasta ver una pista de grava que sale a la izquierda, marcada con un miliario con la flecha amarilla.
Durante 1,5 km debemos seguir esa pista de tierra en ligera rampa hasta girar a la derecha para acercarnos de nuevo a la N120 y continuar paralelo a ella hasta ver una bifurcación a la izquierda. Un letrero nos indica que si cogemos esa senda a la izquierda pasaremos por Ventosa y debemos escoger si queremos cruzar esta localidad u obviarla.
Si pasamos por esa localidad recorreremos 1,3 km hasta llegar a ella por una senda de grava, en una ligera rampa de menos del 2% que alterna con tramos planos. Tras visitarla volveremos al sendero recorriendo un poco más de otro kilómetro hasta girar a la izquierda y llegar al Alto de San Antón.
Si no queremos pasar por Ventosa recorreremos poco menos de 3 km en línea recta, con la A-12 a la derecha, hasta llegar al Alto de San Antón.
Siguiendo el mismo sendero de tierra entre campos agrícolas cruzaremos la A12 por un paso subterráneo, continuando después con la carretera a nuestra izquierda. En ligera pendiente llegaremos hasta Nájera en menos de 6 km, entrando por su zona de polígono industrial.
Salimos de Nájera por el este por la calle Costanilla, asfaltada y en cuesta. Tras 800 metros el firme pasa a ser de grava y así seguirá siendo hasta que lleguemos a un cruce de caminos señalizado, donde volveremos a coger pista asfaltada. El perfil va a ser en general, muy suave.
Agradable paseo entre campos en el que cruzamos Azofra (kilómetro 34 de ruta) y volvemos a llegar al borde de la A12. Tras ir paralelos a ella durante 1 km llegamos a una rotonda que cruzamos.
Tras cruzar la LR 207 en esa rotonda para llegar a una senda de tierra, vemos que el camino se bifurca, marcado con una señal y flecha amarilla.
Si vamos hacia la izquierda seguiremos por una senda de tierra en rampa entre campos hasta llegar a Cirueña, donde podremos visitar la ermita de la Virgen de los Remedios. Es una diferencia de cota de cerca de 150 m en unos 5 km. Saldremos luego de Cirueña por otra senda de tierra, pero en ligera pendiente y con perfil suave. En cerca de otros 5 km llegaremos a Santo Domingo de la Calzada.
Si, una vez pasada la LR 207, seguimos recto en vez de ir hacia Cirueña, tendremos que recorrer un poco de más de 9 km cerca del borde de la A12 por una pista de grava. Durante los primeros 4 km tendremos más saltos pero luego el perfil se volverá muy suave hasta entrar en Santo Domingo de la Calzada, donde está el fin de la etapa.
En resumen, en esta etapa se supera una diferencia de cota de cerca de 350 m, pero se realiza de manera gradual. Hay dos puntos en los que el perfil se vuelve un poco más escarpado, en la llegada al Alto de San Antón tras pasar Ventosa y al pasar por Cirueña, antes de entrar en Santo Domingo de la Calzada.
Además, hay tres variaciones de ruta que podemos hacer:
- Elegir pasar o no por Ventosa cerca del kilómetro 17 de ruta.
- Elegir pasar o no por Cirueña en el kilómetro 38 de ruta. Si elegimos ir por esta localidad la diferencia de kilometraje de etapa no varía mucho, pero sí que nos exige alcanzar una cota un poco más alta.
- Ir a visitar el Monasterio de San Millán de la Cogolla desde Azofra para volver por Cirueña hasta Santo Domingo de la Calzada. Haremos 33 km en vez de 14 km desde Azofra hasta el fin de etapa, pero la visita vale la pena.
En general, esta etapa es sencilla. Buen firme, diferencias de cota pero que superaremos en rampas ligeras continuadas. Muchas de las pistas que cogeremos hoy son perfectas para ciclistas. ¡Una etapa para disfrutar!
CONSEJOS PRÁCTICOS
- Si empezáis en Logroño, en Tournride os ayudamos a llegar hasta allí. Logroño es una ciudad muy bien comunicada, con aeropuerto y estación de tren y autobuses.
Ir en autobús: Aquí podéis ver las conexiones de autobuses con el resto de España y las compañías que realizan cada trayecto (algunas de ellas son Alsa, Bilman Bus y PLM).
Ir en tren: La estación de tren está aquí y lo mejor para saber sus conexiones es visitar la página de Renfe, ya que con transbordos se puede llegar casi desde cualquier sitio.
Ir en avión: El aeropuerto está aquí, a 9 km de Logroño y hay que ir en él en taxi o en coche propio. Sólo tiene conexiones regulares con Madrid. La otra opción es volar a Pamplona y coger desde allí un autobús.
Recordad que en Tournride os dejaremos las bicicletas en vuestro alojamiento en Logroño si comenzáis allí y podemos llevarnos vuestro equipaje sobrante para que os esté esperando en vuestro fin de camino.
- Desde Navarrete a Nájera hay más de 13 Km sin ningún lugar en el que aprovisionarse, a no ser que pasemos por Ventosa a mitad de camino. Si no vais a querer parar en Ventosa, coged provisiones en Navarrete.
ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Esta etapa, que recorremos en su totalidad por La Rioja, nos permitirá visitar entornos naturales tan impresionantes como el del río Najerilla y visitar algunas de las localidades jacobeas más emblemáticas.
Iniciaremos el día por una agradable vía verde que, cruzando el paisaje riojano, nos llevará hasta Navarrete, donde podremos ver los impresionantes restos tardorrománicos de San Juan de Acre. Atravesando lugares llenos de leyendas como el poyo de Roldán alcanzaremos Nájera, donde disfrutaremos de su impresionante patrimonio y entorno natural y conoceremos otras leyendas y apariciones milagrosas. El camino nos llevará así hasta Santo Domingo de la Calzada, una de las más míticas localidades jacobeas, fundada por el hoy santo Domingo García en el S. XI, que dedicó su vida a construir infraestructuras para facilitar la peregrinación a Santiago.
Podremos, además, desviarnos para visitar el conjunto monacal de San Millán de la Cogolla, considerado el lugar de nacimiento de la lengua española.
¿Se puede pedir más?
SALIMOS DE LOGROÑO POR EL EMBALSE DE LA GRAJERA Y VISITAMOS NAVARRETE
Salimos de Logroño por el polígono industrial y desde la Avenida de Burgos llegamos a una rotonda donde vemos el parque de San Miguel detrás. Desde allí cogemos un paso subterráneo que cruza la LO-20 y nos hace salir de Logroño.
Desembocamos en una agradable vía verde que nos lleva por el parque de La Grajera hasta llegar al embalse. Bordeamos luego el embalse por esa misma vía.
El embalse de la Grajera se creó en 1883 para regar las huertas cercanas a la ciudad y poco a poco se fue acondicionando como parque. Si recorréis esta ruta en un día caluroso y al ver el agua pensáis en daros un baño, ¡ni se os ocurra! Es un área medioambiental protegida y se estudia el ecosistema del agua, por lo que no se permite ningún tipo de interacción humana con ella.
Subimos la rampa desde el embalse hasta llegar a la valla que marca el borde de la A12, en donde los peregrinos han colgado muchas cruces de madera. A lo largo del camino veremos que hay más lugares en los que se repite esta tradición.
Seguimos el camino hasta cruzar la AP 68 por un paso superior y ver a nuestra izquierda los restos de la iglesia del Hospital de San Juan de Acre. Tras su excavación, los restos más interesantes se llevaron al cementerio de Navarrete, que veremos a nuestra salida del pueblo.
LLEGAMOS A NAVARRETE, EN EL CERRO TEDEÓN
Navarrete se encuentra en la cima del cerro Tedeón. Esta posición estratégica hizo que hasta el S. XVI tuviese un carácter muy defensivo, con un castillo en la cima y rodeado de murallas. Poco a poco se fueron tirando todos esos elementos hasta coger la forma que tiene hoy en día, con dos calles mayores paralelas en la ladera del cerro y con el Camino de Santiago atravesándolo de este a oeste.
En el centro está el principal monumento del pueblo, la iglesia de la Asunción de la Virgen. En el exterior sus líneas renacentistas son sencillas pero, si tenemos oportunidad, vale la pena entrar para echar un vistazo al maravilloso altar y retablo de estilo barroco, completamente cubierto de tallas doradas.
Seguramente nos llamará la atención la cantidad de referencias y venta de alfarería en el pueblo y es que Navarrete es uno de los centros alfareros tradicionales más importantes de la península. Su tradición alfarera se remonta a los tiempos romanos, cuando con el barro del río Najerilla se elaboraban piezas de la llamada “terra sigillata”, un tipo de cerámica romana de color rojo.
Salimos por el pueblo por la N120 y encontramos a nuestra izquierda el cementerio del pueblo, donde como ya hemos dicho veremos los restos de la iglesia de San Juan de Acre.
Piedra a piedra movieron los restos desde su emplazamiento original hasta este punto, donde sigue impresionando el grosor y la calidad de los muros y su sillería. La puerta del cementerio es la antigua puerta norte de la iglesia y está flanqueada por dos grandes ventanas que antes estaban en la cabecera del templo.
En Tournride recomendamos que os acerquéis para ver bien los detalles decorativos de todo el conjunto, de estilo tardorrománico. Hay numerosas representaciones de leyendas (como la de Roldán y el gigante Ferragut, que luego explicaremos más profundamente), pasajes bíblicos como la lucha de San Jorge y el dragón y otras más tiernas como ángeles abrazándose.
Allí podremos ver también un placa en recuerdo de Alice Craemer, que murió en 1986 al ser atropellada por un camión mientras hacía el Camino.
DE NAVARRETE A NÁJERA: DECIDIMOS VISITAR VENTOSILLA Y CONOCEMOS LEYENDAS DE LUCHAS CONTRA GIGANTES
Seguimos nuestro camino y, tras unos 4 km, al pasar por debajo de un paso superior de la A12 y siempre con la autovía a nuestra derecha, veremos un cartel que indica el desvío a Ventosa. Si pasamos por esta localidad sumamos cerca de 1 km a la ruta.
Hay que tener en cuenta que si no pasamos por Ventosa, nos quedan 9,5 km para llegar a Nájera, por lo que si queremos comer o vamos faltos de agua no es mala idea pasar para aprovisionarse. En Ventosa también hay un albergue con un sitio cerrado para guardar las bicis.
Vayamos por Ventosa o no, pasamos por el Alto de San Antón (675 m de cota) desde donde veremos por primera vez Nájera a lo lejos (485 m de cota). No la perderemos de vista durante los siguientes 7,5 km que realizaremos en ligera pendiente hasta llegar allí.
Pero antes de alcanzar Nájera, tras cruzar la N120 por un paso subterráneo, veremos por el camino a nuestra izquierda el Poyo de Roldán.
Primero dejaremos a la izquierda la colina a la que se refieren como el poyo y, un poco más adelante, vemos un cartel explicativo que recuerda la leyenda de Roldán contra el gigante Ferragut acontecida en esa colina y que en Tournride os reflejamos de manera resumida en unas líneas. Recordamos que Roldán era sobrino de Carlomagno, el emperador de los francos. Es un personaje histórico, aunque sus gestas militares han pasado a la historia conformando una especie de leyenda mítica sobre su vida.
Aquí se recuerda como un día llegó a oídos de Carlomagno que en estas tierras había un gigante sirio llamado Ferragut que proclamaba la supremacía del islam frente al cristianismo. Sabiendo esto, Carlomagno envió a un grupo de soldados para matarlo, que lucharon con él durante días sin éxito. Llegó un momento en el que Roldán pidió a su tío luchar y así lo hicieron, durante dos días y dos noches. Extenuados, los dos contrincantes hicieron una parada y comenzaron a charlar sobre sus religiones. Se generó un ambiente distendido entre ellos y el gigante confesó a Roldán algo que le terminaría por costar la muerte: le dijo que su único punto débil era su ombligo. Roldán atacó en ese punto cuando volvieron a la lucha y derrotó al enemigo.
Esta leyenda se encuadra históricamente en la lucha por expulsar a los musulmanes de la península durante la Reconquista, cuando se usó muchas veces la figura de Roldán como un gran defensor del cristianismo cuya supremacía militar se relacionaba con la superioridad del cristianismo.
LLEGAMOS A NÁJERA: “PEREGRINO: EN NÁJERA, NAJERINO”
Esta localidad de gran tradición jacobea nos recibe con ese mensaje pintado en una casa de labranza a la entrada del pueblo, una bonita manera de entrar sintiéndonos como en casa en nuestro kilómetro 27,5 de etapa.
Entramos por el este y cruzamos el río Najerilla por el puente de piedra atribuido a San Juan de Ortega, impulsor de infraestructuras del Camino entre los S. XI y XII (aunque el puente ha sido reformado).
Ya en la orilla oeste, no podemos dejar de visitar el Monasterio de Santa María la Real, panteón de antiguos reyes de Navarra. Lo mandó fundar en 1052 el rey Don García Sánchez II, después de conquistar ese territorio a los musulmanes. Lo dedicó a la Virgen porque en ese lugar hacía un tiempo ésta se le había aparecido al rey en una cueva, cuando él estaba de caza. El monasterio fue gestionado por Cluny hasta el S. XIX, hoy es franciscano.
A los pies de la iglesia está la cueva en donde ocurrió la leyenda de la Virgen. En su entrada está el panteón real de reyes de Navarra, con doce enterramientos con majestuosas tumbas talladas de entre el S. X y el XII.
La iglesia se encuentra entre los estilos gótico y renacentista. Llama mucho la atención el claustro, una verdadera joya, en donde también hay enterrados muchos nobles. Vale la pena su visita (avisamos de que tiene un coste de 4€).
En Nájera también vale la pena disfrutar del entorno natural del Najerilla, enclavado entre impresionantes paredes de tierra roja. En esta localidad conviven armoniosamente un paraje impresionante con grandes monumentos en piedra como el monasterio que hemos visto.
Si nos vemos con fuerzas y queremos ver unas vistas impresionantes del lugar, podemos subir al alcázar de Nájera antes de irnos. Está entre el castillo de la Mota y el pueblo. Su origen, igual que el del castillo, es musulmán. En el S. XVI se rehabilitó para ser residencia palacial, pero a finales de ese siglo dejó de estar ocupado y comenzó a deteriorarse hasta que en el S. XVII ya casi sólo quedaban ruinas.
Gracias a las distintas campañas arqueológicas realizadas se han podido sacar a la luz numerosos restos, hoy salvaguardados en museos. A pesar de que “in situ” no quede mucho del glorioso pasado, las vistas y el paraje natural que nos rodean vale la pena.
EN AZOFRA DECIDIMOS (O NO) DESVIARNOS A SAN MILLÁN DE LA COGOLLA
Salimos de Nájera subiendo una cuesta asfaltada por la calle Costanilla. Pronto entramos ya en una pista de buen firme de tierra que en 5,5 km nos llevará a Azofra, en perfil suave.
En Azofra entramos por su calle mayor, que como en muchos pueblos jacobeos cruza toda la localidad y coincide con el Camino de Santiago. En Azofra encontraremos todos los servicios que necesitemos y deberemos tomar la decisión de desviarnos para visitar San Millán de la Cogolla. Si decidimos ir a verlo, haremos 33 km hasta Santo Domingo de la Calzada. Si seguimos recto, 12 km.
¿Qué es lo que nos espera si decidimos hacer el esfuerzo de sumar 21 km a nuestro camino para visitar San Millán de la Cogolla? Pues uno de los conjuntos monacales más impresionantes de toda España, formado en realidad por dos monasterios que en un principio estaban diferenciados: el de Suso y el de Yuso. Todo el conjunto es Patrimonio de la Humanidad desde 1997.
El origen del conjunto lo encontramos en el S. V, cuando en tierras riojanas nace Emiliano, un eremita que dedicó toda su vida al servicio del cristianismo, por lo que fue canonizado y hoy lo conocemos como San Millán.
Cuando Emiliano muere, sus restos se llevan a una cueva en ese lugar, que luego se convierte en una iglesia y después en el centro de una comunidad monástica. Hay que tener en cuenta que esta comunidad no era como las comunidades monacales que hoy conocemos, sino que seguía la regla mozárabe y era mixta, convivían en ella hombres y mujeres. Esto fue muy normal en la península ibérica hasta el S. IX.
En el S. XI Don García Sánchez II, el mismo rey que mandó edificar Santa María la Real, ordena llevar los restos del santo a Nájera. Pero, por un milagro, los que lo portan se quedan “clavados” sin poder moverse, lo que se interpreta como que el santo no quería irse del lugar.
Por eso, el rey manda construir al lado del Monasterio de Suso otro monasterio para dejar ahí los restos y se construye el monasterio de Yuso. Este monasterio ya sigue la regla benedictina y es sólo masculino. Los dos conviven al lado del otro hasta el año 1100 cuando se juntan y comienza su época de esplendor.
Este época dorada se materializó, sobre todo, en una increíble producción de códices, la mayoría guardados hoy en una inmensa biblioteca en el monasterio que se puede visitar. De hecho, se considera que aquí surgió la lengua castellana codificada tal y como la entendemos hoy en día, porque un monje en este “scriptorium” fue el primero que escribió en lengua castellana en uno de estos códices. Es algo muy significativo porque, en ese momento, el latín era la lengua “culta” y por lo tanto la única que se escribía. El castellano, en cambio, era la lengua popular y al no escribirse no estaba ni reglada ni codificada. Al comenzar a escribirse se empieza a formar el castellano tal y como hoy lo hablamos.
Además de la importancia histórica de este conjunto, el lugar es impresionante desde el punto de vista artístico y arquitectónico, por lo que la visita en conjunto se vuelve una delicia. Desde Tournride aconsejamos informarse antes de emprender la visita a los monasterios, para evitarnos el disgusto de llegar y que, por ejemplo, sea lunes y estén cerrados.
DE AZOFRA A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA
Salimos de Azofra por el noroeste siguiendo una pista asfaltada que en unos metros pasa a ser de tierra, pero de buen firme. Seguimos hasta llegar a la A12 y, tras recorrer 1 km por el lado de la autovía, llegamos a una rotonda de la que sale la L207. Cruzamos al otro lado de esta carretera para seguir por una pista de tierra.
Unos 50 metros después de cruzar la carretera vemos una bifurcación. Aquí es donde debemos escoger si queremos seguir recto para pasar por Cirueña o girar a la derecha para ir directos a Santo Domingo de la Calzada.
Si decidimos ir por Cirueña, deberemos ir por una pista de tierra en rampa suave durante unos 5 km hasta llegar a una gran urbanización con un campo de golf, de construcción reciente. Al norte de esta urbanización está Ciriñuela, el núcleo antiguo. Entre los dos está la ermita de la Virgen de los Remedios, templo de construcción reciente en mampostería y ladrillo, con un interior sencillo y en colores pastel.
Realmente, la distancia que se recorre pasando o no por Ciriñuela no varía mucho, tan sólo se suman unos 2 km, pero el paseo es mucho más agradable cogiendo el desvío. Si seguimos recto iremos todo el tiempo casi pegados a la autovía, en vez de por caminos de buen firme entre grandes campos de viñedos.
UN PASEO DE UNA TARDE POR SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, “DONDE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA”
Entramos en Santo Domingo de la Calzada por la calle San Roque, al este. Como siempre, en Tournride os contamos un poco la historia del lugar fin de etapa y os proponemos un paseo corto en el que podáis conocer un poco el lugar.
En este caso, el paseo dura 15 minutos y en él podréis ver los principales monumentos del lugar recorriendo menos de 1 km. Pinchad aquí para ver el mapa de recorrido del paseo.
¿Os animáis?
Lo primero: conozcamos la vida de Santo Domingo, patrón de los ingenieros
El surgimiento de la localidad de Santo Domingo de la Calzada se relaciona con la vida y obra de Domingo García, un hombre que en el S. XI dedicó su tiempo a construir infraestructuras para facilitar el camino a los peregrinos.
Según se dice, lo que hoy es Santo Domingo de la Calzada era en el S. XI un bosque de encinas al lado del río Oja. Un ermitaño llamado Domingo vivía en ese bosque, retirado a su espiritualidad porque no había sido admitido en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla. Él veía cada día las dificultades que tenían los peregrinos para sortear los accidentes geográficos en aquellas tierras, en un momento en el que el Camino estaba en todo su esplendor. Junto a un obispo, que también se propuso ayudarles, Domingo construyó un puente de madera sobre el río Oja.
Cuando el obispo murió, Domingo siguió creando infraestructuras, la más conocida una calzada de piedra que terminó dando nombre a la localidad actual en su honor. Cambió el puente de madera por uno de piedra y construyó un albergue e iglesia.
Todo esto dio un impulso económico y poblacional al burgo que se estaba creando, en ese momento, potenciando el asentamiento de comerciantes. El rey Alfonso VI, viendo lo provechoso que era esto, decidió darle a Domingo la dirección de otras obras del Camino y él y su discípulo Juan de Ortega siguieron realizando diferentes infraestructuras. Por esto, Santo Domingo es hoy el patrón de los ingenieros de caminos, canales y puertos.
Milagros de Santo Domingo
La dedicación y el carácter solidario y afable de Domingo, que le hizo ser muy conocido por pobres y ricos durante sus 90 años de vida, han hecho que con el paso del tiempo se le hayan atribuido múltiples milagros a este santo. Muchos de ellos en vida y otros de curaciones de peregrinos cuando visitaron su sepulcro.
Su milagro más conocido es el del gallo y la gallina. Esta historia cuenta cómo una familia con un hijo joven que peregrinaba a Santiago paró en el hospital de peregrinos que Domingo había construido. La hospitalera se enamoró del chico, pero este no le correspondía y, despechada, ella le escondió un objeto de valor del albergue en la mochila al joven, acusándole de robarlo cuando se fue con su familia del lugar.
El chico fue condenado a la horca, sentencia que se cumplió. Pero, después de que se le ahorcase, sus padres se acercaron y escucharon como les hablaba y les decía que estaba vivo gracias a Domingo. Los progenitores corrieron a decírselo al corregidor, sabiendo que ante tal milagro iba a exculpar a su hijo. Cuando éste escuchó su historia, les dijo jocoso que seguro que el joven estaba tan vivo como la gallina (ya asada) que se disponía a comer. De pronto, la gallina revivió y el corregidor, asombrado, exculpó al chico.
De ahí el lema del pueblo de Santo Domingo de la Calzada, “donde cantó la gallina después de asada”. En honor a esta historia, se guardan en la catedral de la localidad una gallina y un gallo vivos que se cambian cada 15 días y durante las fiestas patronales de la localidad se comen “ahorcaditos”, unos dulces típicos.
Comenzamos nuestro paseo por la Calle Mayor…
Empezamos a caminar por el lado este del pueblo, entrando por su calle Mayor, en cuyo centro está el complejo que en su día inició Santo Domingo y que también visitaremos.
A pocos metros de comenzar a andar, nos encontramos a nuestra izquierda con un gran edificio de piedra: es el monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, del S. XVII. Esta abadía cisterciense tiene un albergue de peregrinos (gratuito) y una hospedería que usan las monjas como medio de vida.
Seguimos caminando y en unos metros vamos a pasar por la oficina de información turística, donde si queremos podemos hacer una parada para conseguir un plano o mayor información.
En unos 60 metros a nuestra izquierda se abre la plaza de la Alameda, un pequeño rincón verde donde relajarnos si lo necesitamos. Al otro lado de la calle está un edificio muy especial: la casa de la Cofradía del Santo. Está formado por varios edificios, desde el S. XVI hasta un albergue moderno y tiene un gran material en exposición sobre la vida del santo. En este lugar es donde se crían las aves que luego se llevan a la catedral para recordar el milagro de Santo Domingo.
LLegamos a la Plaza del Santo: torre, catedral y parador
En el centro del pueblo se encuentra la catedral de Santo Domingo. Su portada sur se abre a una plaza en la calle Mayor, donde hay una gran torre.
La Torre Exenta es la más alta de La Rioja y no es otra cosa que el campanario de la catedral. Es raro que el campanario se separe del edificio principal, pero se cree que en este caso se hizo porque el terreno era poco firme (por estar cerca del río) y este era el mejor lugar para aguantar tanto peso. De hecho, se dice que para ayudar a cimentar la torre se añadieron al terreno restos de huesos de animales. Antes que esta torre barroca hubo otra románica y gótica, destruidas por un incendio y por su mal estado, respectivamente.
El ticket de entrada de visita a la catedral puede incluir también la entrada a la torre exenta, que desde su último piso ofrece unas vistas espectaculares del entorno. Desde Tournride recomendamos que optéis por subir, ya que vale mucho la pena.
Al lado de la torre vemos la entrada a una pequeña ermita, la ermita de Nuestra Señora de la Plaza. Se dice que se construyó sobre un antiguo oratorio que había hecho el santo con sus propias manos. El aspecto que tiene hoy en día es resultado de la superposición de diferentes obras hasta 1710.
Enfrente de la torre está uno de los dos paradores que hay en la localidad. El Parador ocupa lo que antiguamente era un hospital de peregrinos, realizado por Santo Domingo. Llama la atención su vestíbulo, con muchos arcos góticos y un techo artesonado de madera.
Entramos en la catedral de Santo Domingo de la Calzada
En la plaza del santo veremos la portada sur de la catedral. En este brazo del templo es donde se encuentra el sepulcro de Santo Domingo y el gallinero en donde se conservan un gallo y un gallina para no olvidar sus milagros.
Esta misma catedral que hoy visitamos tiene su origen en aquel primitivo templo que Domingo García construyó en el S. XI cerca del río Oja, junto a un hospital. La creciente importancia de este núcleo en el Camino de Santiago fue haciendo que sucesivas reformas se sumasen a esa construcción inicial hasta llegar a formar lo que vemos hoy en día.
La relevancia que el lugar fue cobrando se puede ver no sólo en cómo esta se fue tallando en piedra, sino también en el rango que la primitiva iglesia fue acogiendo. Ya en 1106 se aumentó su rango a colegiata y en el S. XIII la sede episcopal se trasladó de Calahorra a Santo Domingo, por lo que el templo se convirtió en catedral.
El resultado de todo esto es un templo de grandes dimensiones con planta de peregrinación en cruz latina, formado por una mezcla de estilos que atañen desde el románico hasta el barroco que encontramos, por ejemplo, en la torre exenta.
La planta de peregrinación es un tipo de forma de templo que incluye una especie de pasillo que bordea las naves y la girola, de manera que se puede recorrer todo el interior pegado a los muros sin intervenir en ningún momento en lo que pasa en la nave central y en el crucero. Así, se puede visitar el sepulcro de la iglesia sin molestar si está teniendo lugar misa en ese momento. La catedral de Santiago también tiene este tipo de planta.
En la catedral de Santo Domingo os animamos a que abráis bien los ojos para fijaros en la decoración que hay en los capiteles de las columnas, sobre todo en las del ábside. Tanto en el interior como en el exterior hay todo un programa iconográfico tardorrománico impresionante, con escenas de animales fantásticos y representaciones de pasajes de la Biblia. Los expertos lo consideran uno de los mejores y más completos de esta época.
En la parte norte de la catedral se encuentra el claustro, que hoy acoge el Museo Catedralicio. Si os interesa la historia del lugar y el arte sacro, no dudéis en visitarlo. Horarios y precios de la visita a la catedral y al museo aquí. Además, en el brazo sur de la catedral también veremos el gallinero donde se guardan el gallo y la gallina que recuerdan el milagro del santo.
Entre restos de murallas y antiguos conventos, terminamos nuestro paseo con lo mejor de la gastronomía riojana
Bordeamos el ábside de la catedral y llegamos a la Plaza de España, donde está el ayuntamiento. Lo más característico del edificio son los soportales abiertos a la plaza por arcos rebajados, donde los comerciantes solían apostarse para vender sus productos bajo cubierto con el resguardo de la muralla tras ellos. Cuando el ayuntamiento se trasladó al piso superior, este comenzó a ampliarse sucesivamente hasta que durante el barroco se le dio la forma que tiene hoy en día.
Desde la plaza salimos a la Avenida Burgos, que rodea lo que antiguamente sería la muralla que protegía el núcleo antiguo de Santo Domingo de la Calzada. De hecho, unos metros más adelante veremos unos restos de ella bastante bien conservados.
Las murallas de esta población sumaban más de 1,5 km de perímetro en total, con una media de 12 metros de altura, 38 torreones y siete puertas. Lo que hoy vemos en la Avenida de Burgos son los restos de uno de esas torres y de parte de los gruesos muros que protegían Santo Domingo.
Seguimos bordeando el núcleo antiguo hasta llegar al Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda. Se construyó en el S. XVI para acoger a una comunidad franciscana, pero en el S. XIX con la desamortización el lugar se abandonó. Hoy en día ha sido reformado y acoge un Parador con restaurante. También parte del lugar se usa como taller para restaurar obras de arte.
La iglesia de San Francisco acoge el sepulcro de Fray Bernardo de Fresneda, que fue arzobispo y confesor de reyes como Felipe II o Carlos V. Él mismo puso muchos medios para reformar la iglesia que acogería su tumba y su esfuerzo hace que hoy su visita valga la pena. Especial atención al crucero de la iglesia, un buen ejemplo renacentista.
Nos encontramos en la Avenida de Juan Carlos I, el lugar perfecto para terminar nuestro paseo en Santo Domingo de la Calzada, porque en esta calle y en la paralela se concentran la mayoría de locales de restauración. Encontraréis ofertas para todo tipo de bolsillos y podréis probar platos típicos como el bacalao o las patatas a la riojana. Para beber, por supuesto, una buena copa de Rioja.
Mañana cambiamos de comunidad de nuevo, entramos en Castilla y León y pedalearemos hasta alcanzar Burgos, otra de las grandes ciudades jacobeas. ¡Buen camino!