Distancia a Santiago: 305 km
Distancia en etapa: 49 km
Tiempo estimado: 4-5 horas
Cota mínima: 800 m
Cota máxima: 950 m
Dificultad de la ruta: Baja
Lugares de interés: Santuario de la Virgen del Camino, Hospital de Órbigo, Astorga
Mapa de itinerario: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí
La salida de León puede resultar un poco caótica y es bastante larga, ya que Trobajo del Camino y la Virgen del Camino parecen una eterna extensión urbana. Tras pasar esa zona residencial e industrial, se nos plantean dos opciones para llegar a Hospital de Órbigo, el punto medio de etapa. El camino tradicional sigue el curso de la N-120. El alternativo es un poco más largo, pero se aleja del tráfico por campos y carreteras secundarias.
Después de cruzar el impresionante puente de Hospital de Órbigo, el camino vuelve a bifurcarse, teniendo que elegir de nuevo entre carretera o campos para llegar al alto de la Cruz de Toribio, desde donde tendremos una vista panorámica de Astorga. La entrada a Astorga es mucho más sencilla que la de León, la única dificultad es el cambio de cota a superar.
En general el carácter industrial de las poblaciones por las que pasa el itinerario tradicional puede hacer que esta etapa sea un poco pesada. Si preferimos ir por campos aumentaremos la distancia a recorrer.
Lo único que puede complicar bastante la etapa serán las condiciones climatológicas. Si ha llovido recomendamos ir por la N-120, ya que las pistas agrícolas se embarran mucho. Si hace viento, las cotas altas del camino por Villares de Órbigo pueden hacerse un poco duras.
¡Buen camino!
PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA
Dado lo confuso de la salida de León, vamos a tratar de simplificar las indicaciones al máximo. Tenemos que abandonar la ciudad por el puente de San Marcos, al lado del parador. Para llegar desde la catedral, lo más sencillo es bajar por la calle Ancha y girar en la Casa Botines, siguiendo recto hasta bordear San Isidoro. Girando oblicuamente a la izquierda llegaremos ya a la calle Renueva y a la Avenida Suero de Quiñones, que nos dejará directos en el puente.
Tras cruzar el puente de San Marcos debemos seguir recto por la Avenida Quevedo, cruzando una rotonda. Tras recorrer poco más de un kilómetro, veremos cómo la avenida se curva a la derecha, mientras que de frente se aparece una pasarela de metal. Ambos caminos cruzan las vías del tren y para los ciclistas es mejor seguir por la avenida.
Ya en Trobajo del Camino, seguimos por la avenida hasta que esta se curva a la izquierda. Tras esa curva hay que estar atentos, ya que se debe coger la primera calle a la derecha. Es una cuesta bastante empinada, que nos llevará siguiendo hasta La Virgen del Camino. La pendiente vertical se suavizará paulatinamente.
Ya en paralelo a la N-120, llegamos a la Virgen del Camino (Km 7,5 de ruta). Tras pasarlo cogemos la calle Paz, un ramal izquierdo de la N-120. En 500 metros vemos cómo el suelo se llena de flechas contradictorias. Es el momento de decidir qué camino queremos tomar hasta Hospital de Órbigo:
1. Camino tradicional: Sigue el curso de la N-120, por lo que podemos ir por los senderos peatonales o por la carretera. Son 24 km y se pasa por San Martín del Camino. Perfil, en general, en ligera pendiente negativa.
Siguiendo recto en el desvío, debemos cruzar la A-66 por un túnel y luego seguir paralelos a la N-120 para llegar a Valverde de la Virgen (Km 12), San Miguel del Camino (Km 13,5), Villadangos del Páramo (Km 21) y San Martín del Camino (Km 25,5).
2. Camino alternativo: No tiene una justificación histórica como tal, pero permite evadirse del tráfico de la carretera. Son 28 Km por pistas y, tras un par de saltos iniciales, el perfil es en ligera pendiente negativa.
Girando a la derecha, cogemos la LE-5522 para llegar a Fresno del Camino en cinco minutos y a Oncina de la Valdoncina en 10. Ya por pistas de tierra iremos a Chozas de Abajo y, por carretera secundaria de nuevo, llegaremos a Villar de Mazarife (Km 12). Por la LE-6524 llegamos a La Milla del Páramo y por pistas de buen firme a Villavante, desde donde sólo nos separan 4 Km para unirnos al camino tradicional y entrar en Hospital de Órbigo.
Ya en Hospital de Órbigo (Km 33) cruzamos su magnífico puente medieval y volvemos a decidir camino. Tenemos dos opciones:
1. Camino tradicional: Sigue paralelo a la N-120 hasta justo antes de llegar a San Justo de la Vega, donde se desvía a la derecha para ir a la Cruz de Toribio. Son 9 Km al desvío y uno más para llegar a la cruz. Perfil plano durante los primeros 5 Km y, después, en ligera pendiente positiva.
2. Camino alternativo: Se desvía a la derecha tras pasar Hospital de Órbigo para ir a Villares de Órbigo y a Santibáñez de Valdeiglesias. Son cerca de 3 Km más a recorrer en total, pero por pistas de tierra que si ha llovido pueden estar embarradas. El perfil alterna pendientes positivas y negativas un poco más fuertes que el camino tradicional, pero asequibles.
Sea como sea, llegamos a la Cruz de Santo Toribio (Km 45), una estructura en un alto que nos ofrece unas vistas magníficas de Justo de la Vega y de Astorga.
Desde ese punto, bajamos una cuesta de 1,5 km con una diferencia de cota de 73 metros, que nos dejará en San Justo de la Vega, por donde engancha de nuevo la N-120.
Para entrar en Astorga hay que cruzar las vías del tren. Los peatones lo hacen por una pasarela elevada (en rampa, sin escaleras), aunque también podemos seguir por la N-120 desde San Justo y evitar la pasarela. Después cruzamos recto la rotonda de entrada a la ciudad y nos enfrentamos a una última rampa corta que nos deja en Astorga, al lado de la Plaza Mayor.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Si comenzáis en León vuestro camino, os ayudamos a llegar hasta allí.
- En autobús. La estación está en la Avda. Ingeniero Saenz de Miera. La empresa que más opera es Alsa, que conecta con casi todo el norte de España. Desde Salamanca también podréis venir con Vivas y desde poblaciones más pequeñas como Burgos o Palencia con Abel.
- En tren. León es un centro ferroviario bastante importante. Para horarios y precios, consultar la página de Renfe.
- En avión. El único enlace permanente que tiene es al aeropuerto de Barcelona, operado por Air Nostrum.
Recordad que en Tournride os dejamos las bicicletas en vuestro alojamiento en León si comenzáis allí y podemos llevarnos vuestro equipaje sobrante para que os esté esperando en vuestro fin de camino.
Las distancias entre poblaciones son cortas y están repletas de servicios, no tendréis problemas de abastecimiento.
Si se hace esta ruta en verano, no olvidéis llevar buena protección y agua. Las rectas entre campos sin arbolado ya han quedado atrás, pero aún estamos en León y el sol es fuerte.
En cuanto a la elección de caminos, es una cuestión de gustos. Más directo con tráfico o más largo por pistas agrícolas, aunque las distancias en bici casi no marcan diferencia. Como consejo, si ha llovido recomendamos ir por el camino tradicional de la N-120 para evitar el barro.
ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
Esta etapa tiene como inicio y final dos ciudades cargadas de historia y patrimonio cultural. Entre medias, diremos adiós a las planicies de los páramos leoneses, ya que mañana el perfil se volverá a romper en la subida a la Cruz de Ferro yendo hacia Ponferrada.
La N-120 se ha convertido en la columna vertebral de multitud de poblaciones cuyo nombre refleja el pasado jacobeo con el que cargan. Tantos lugares “del Camino” nos recuerdan lo histórico de estos senderos. Hoy, han surgido alternativas menos históricas pero que huyen del ruido y el tráfico que genera la carretera.
Aunque todo el itinerario puede realizarse más al norte o al sur, el único punto de etapa que sigue siendo paso obligado es Hospital de Órbigo, lo que es de agradecer. Esta parada nos brinda la oportunidad de conocer historias de amor medievales y cruzar su histórico “Paso Honroso”.
SALIMOS DE LEÓN POR CALLES ENREVESADAS Y VISITAMOS EL MODERNO SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL CAMINO
A la salida de León pasamos por algunos de los lugares que recomendamos visitar en el paseo de fin de etapa por León, así que si el día anterior no hemos tenido tiempo de admirarlos, recomendamos verlos ahora.
Bordeando la basílica de San Isidoro llegamos al Parador, donde debemos cruzar el Bernesga por el bonito Puente de San Marcos del S. XVI. Es de sillería, con grandes pilas con tajamar que sustentan bóvedas de cañón. En el S. XX fue necesario ampliarlo, pero se hizo respetando mucho su forma original.
Tras pasar el puente recorremos calles de barrio residencial. Para entrar en Trobajo del Camino hay que cruzar las vías del tren, ya sea por carretera o por pasarela. De su pasado jacobeo sólo queda le queda el nombre y una ermita de las cuatro que había antiguamente, que aguanta estoicamente entre gigantes de hormigón. Está dedicada al apóstol y sus orígenes se remontan a la Edad Media, aunque lo que hoy vemos son restauraciones de una obra del XVIII.
Pasado Trobajo del Camino nos adentramos en el polígono industrial occidental de León. Tras cruzarlo, volvemos a la N-120 hasta la Virgen del Camino, localidad dormitorio por cuya mitad discurre la carretera.
A pesar de que todo en esta localidad desprende modernidad, incluido su inconfundible santuario principal, el nombre del pueblo es indicativo de que lleva siendo paso peregrino durante siglos. Hay una leyenda que dice que en el S. XVI la Virgen se apareció aquí a un pastor llamado Alvar, encomendándole avisar al obispo para que construyese una iglesia en ese lugar. Dudando de la credibilidad que el obispo fuese a dar a su palabra, el pastor le pidió ayuda a la Virgen en su tarea. María cogió una honda y tiró una gran piedra, para que el obispo pudiese verla y así dar fe del milagro. Donde estaba esa piedra milagrosa se hizo una ermita y a su alrededor se creó el pueblo, que creció con el paso de los peregrinos.
En 1957 se comenzó a construir un nuevo templo que, por su marcado carácter moderno, no nos costará reconocer. Mezcla diversos materiales como el hormigón, el vidrio, la piedra o la madera en un edificio cuyo marcado carácter horizontal se rompe por una altísima cruz vertical que hace de torre. Las esculturas de la fachada son del artista José María Subirachs y las vidrieras se hicieron en Chartres (Francia).
Al pasar el templo hay que situarse en el lado izquierdo de la N-120 para salir del pueblo. Cogiendo la calle Paz debemos escoger, tras 500 metros, por qué camino queremos llegar a Hospital de Órbigo.
ESCOGEMOS CAMINO DESDE LA VIRGEN DEL CAMINO HASTA HOSPITAL DE ÓRBIGO
Como dejan entrever las múltiples pintadas contradictorias en el suelo, existe una pequeña rivalidad entre los pueblos por los que pasan ambos caminos para disputarse la atención de los peregrinos. En realidad el camino tradicional quedó inundado del ruido del tráfico con la construcción de la N-120, de ahí que poblaciones vecinas hayan visto una oportunidad de oro para ofrecer alternativas más tranquilas.
Son 4 Km más por el camino alternativo a Villar de Mazarife, una distancia prácticamente insignificante en bicicleta, así que la elección entre uno u otro itinerario se reduce a una cuestión de apetencia.
Si vais por el camino tradicional seguiréis el curso de la N-120, debiendo sortear primero un nudo de carreteras. Por el arcén de la carretera se cruza sin problema, pero yendo por el camino peatonal hay que desviarse un poco para pasar por un túnel subterráneo bajo la autovía.
Por caminos de tierra y asfaltados, la vista nos devuelve la visión del páramo leonés con algunos árboles desperdigados, intercalados con naves industriales. En poco menos de 2 Km llegaremos a Valverde la Virgen y en 1,5 km más a San Miguel del Camino, ambas localidades con la N-120 como columna vertebral. En San Miguel hubo desde el S. XII un hospital de peregrinos y hoy alberga el club de golf más importante de la provincia leonesa.
Siguiendo el curso de la carretera dejamos a la derecha un polígono industrial y una gran urbanización, cuya cercanía al Camino Francés ha hecho que fuese bautizada como la del “Camino Santiago”. Habremos llegado así a Villadangos del Páramo, nombre también poco original teniendo en cuenta lo yermo del entorno. La tradición jacobea de este pueblo resurgido durante la Reconquista se delata en la abdicación de su iglesia parroquial a Santiago Apóstol (S. XVII-XVIII). En la puerta se relatan episodios de sus milagros, como el de su aparición en la Batalla de Clavijo. Para recordar este hecho cada 25 de julio un habitante del pueblo se disfraza de Santiago Matamoros y entra en Villadangos blandiendo su espada sobre un caballo color nieve.
Siguiendo por la N-120 o por una senda de tierra paralela a su arcén izquierdo, llegamos en suave pendiente negativa a San Martín del Camino. A pesar de no contar con excesivos servicios ni patrimonio destacable, su posición casi equidistante entre León y Astorga lo han convertido en un punto importante del Camino Francés por su alto número de pernoctaciones.
En continua pero ligera pendiente a favor recorremos los 7 Km que nos separan de Hospital de Órbigo, entre campos de maíz y cereales. En una senda de tierra paralela al arcén derecho de la N-120, un cartel jacobeo con la vieira amarilla nos señala el giro a la derecha para entrar en el pueblo. Si vamos por la carretera hay que estar pendientes de no pasárselo.
En el caso de que hayáis escogido ir por el camino alternativo desde la Virgen del Camino, habréis seguido sendas de tierra y carreteras secundarias entre pequeñas poblaciones hasta llegar a Villar de Mazarife. Algunos de estos senderos se corresponden con antiguas vías romanas. Recomendamos precaución en el cruce de la N-120 por la rotonda justo antes de enlazar con el camino tradicional.
CON “PASO HONROSO” CONOCEMOS LEYENDAS MEDIEVALES Y ESCOGEMOS CAMINO HASTA LA CRUZ DE SANTO TORIBIO
Hospital de Órbigo se divide por el río homónimo, sobre el cual se encuentra el puente que ha hecho famosa la localidad. El Puente de Órbigo uno de los monumentos más importantes de toda la etapa, por lo que recomendamos a los peregrinos en bici que hagan la etapa por carretera que se desvíen para entrar a visitarlo.
El firme del puente es de adoquines, bastante incómodo para ciclistas. Hoy la construcción parece desproporcionada para el pequeño caudal del río, pero antes de la construcción del embalse Barrios de Luna el torrente era mucho mayor. Históricamente hay constancia de construcciones para sortear el río desde los tiempos romanos, ya que por ahí pasaba la calzada entre León y Astorga. Además, el lugar fue marco de diferentes batallas, como la de suevos contra alanos en el S. V o la que tuvo lugar contra los franceses durante la Guerra de la Independencia del S. XIX.
De todas maneras, sobre todo es conocido por ser el escenario en el que dicen las crónicas que tuvo lugar el “Paso Honroso”. Un cartel informativo en la mitad del puente narra la gesta para todos los visitantes y hoy os la resumimos en Tournride.
Aunque en el S. XV las justas a caballo prácticamente estaban obsoletas, se dice que en esta localidad un caballero llamado Suero de Quiñones estaba tan enamorado de una tal Leonor que pidió al rey convocar un gran torneo para ganarse la admiración de la dama. El rey le dio permiso y el torneo se celebró durante el mes de julio del año jacobeo de 1434. Su nombre histórico, el “Paso Honroso”, deriva de que todo aquel que quisiese cruzar el río por el puente debía hacerlo batiéndose en justa o, en su defecto, nadando el Órbigo y ganándose la fama de cobarde. Sólo estaban exentos los peregrinos.
Para engrandecer aún más su participación en el torneo, don Suero prometió romper más de 300 lanzas en todo el mes y cargar cada día con una gran argolla de metal al cuello. Habiendo cumplido lo prometido, peregrinó después a Compostela y le pidió al Apóstol el amor de Leonor, diciéndole: “Si no os place corresponderme, en verdad no hay dicha para mi”. Se dice que la argolla se corresponde con la gargantilla de oro que cuelga hoy del relicario del apóstol en la catedral.
Las justas del Paso Honroso fueron cantadas por muchos poetas y plasmadas en diferentes crónicas. ¡Tanta fama ganaron que incluso Cervantes habla de Don Suero de Quiñones en El Quijote! Hoy en día, para recordarlo, el primer fin de semana de junio se celebran en Hospital de Órbigo justas medievales en el Paso Honroso. Una gran feria medieval en la que la gente se viste de época, simula las luchas con lanza, vende artesanía y come en grandes carpas.
Tras cruzar el puente, seguimos recto por la calle de Santiago. En pocos metros veremos a nuestra derecha la iglesia de San Juan Bautista, de mediados del S. XVIII. En sus inicios pertenecía a la orden de San Juan, los caballeros de Jerusalén. En su interior guarda un retablo plateresco bastante llamativo.
Al llegar al final de la calle mayor de Hospital de Órbigo, nos encontramos de nuevo con dobles señales jacobeas, en la segunda bifurcación de caminos de esta etapa. Siguiendo recto, iremos por la N-120 hasta la Cruz de Toribio, cerca ya de Astorga, sin pasar por ninguna localidad. Si tomamos la ancha pista que se abre a nuestra derecha, nos perderemos entre campos y montes agrícolas, visitando además dos localidades en 3 Km más de ruta.
El camino tradicional es el que sigue el curso de la N-120. El perfil es muy sencillo, sólo al final la pendiente se vuelve ligeramente positiva. Como consejo, recomendamos precaución en los dos cruces de la N-120 que hay que realizar para coger las sendas jacobeas, que varían del arcén derecho al izquierdo. Si se hace por la carretera hay que estar atento tras la segunda curva a la derecha, ya que allí es donde está el desvío que hay que coger para ir al crucero de Toribio.
El camino alternativo sea seguramente más recomendable, a no ser que las condiciones climatológicas sean adversas, sobre todo con lluvia porque el firme se embarra con facilidad. Tiene muchos más servicios que el camino alternativo previo, de Villar de Mazarife. El perfil es más complicado, sobre todo al final hay un par de rampas entre saltos, pero es asequible.
El paisaje ya no será tan yermo, campos agrarios repletos de hortalizas y monte bajo, con el río Órbigo asomando de vez en cuando con sus grandes choperas en ambas vegas.
En menos de 2 Km se llega a Villares de Órbigo, población que da nombre al municipio en el que viven menos de 700 personas que se dedican, principalmente, al trabajo del campo. En Villares hay una iglesia de origen románico y remodelación barroca, dedicada al apóstol pero con una bonita talla de la Virgen del Carmen. El pueblo se une con Santibáñez de Valdeiglesias por un camino y una carretera local que recorreremos en pocos minutos.
Santibáñez también cuenta con su iglesia parroquial, dedicada a la Santísima Trinidad y que actúa como eje central del núcleo. En su interior, hay una talla famosa de San Roque y su tradición jacobea se plasma en la iconografía de este, que aparece vestido de peregrino.
Aún así, el pueblo de Santibáñez es más famoso por un divertido pasatiempo que sus propios habitantes construyen cada verano: uno de los laberintos de maíz más grandes del mundo. El recorrido cambia cada año y es una buena atracción para los peregrinos que hacen noche en el albergue de la localidad.
En realidad, el hecho de que en este caso escojan un laberinto tiene un sentido muy simbólico. En el paseo por Logroño, de nuestra cuarta etapa, en Tournride os contamos cómo el juego de la oca se cree que podría haber sido diseñado por los templarios, siendo en sí mismo una representación del Camino de Santiago. Al igual que en Navarra os hablábamos de puentes “entre los que nos llevaba la corriente”, aquí el laberinto representa la casilla 42 del juego de la oca, que nos dejaría atrapados o nos llevaría “del laberinto al 30”.
A la salida de Santibáñez el firme se vuelve un poco más complicado, con multitud de pequeñas piedras. Además, comienzan los cambios de desnivel. Habremos de sortear un par de rampas entre saltos, ¡tras tantas pistas en plano ya casi se nos había olvidado!
Antes de llegar a la Cruz de Toribio pasamos por la “Casa de los Dioses”. Este proyecto, iniciado por el catalán David Vidal en 2009, supuso la rehabilitación de una antigua nave industrial para levantar un lugar de recepción y ayuda a los peregrinos. Gratuitamente se ofrecen zumos y comida a cambio de la voluntad, que debe dejarse más para que los peregrinos futuros puedan disfrutar del lugar que por pagar de alguna manera lo que se coge, como anunció David. A finales del 2016 se avisó del cierre de este curioso punto del Camino Francés, pero aunque su futuro sea incierto hoy aún sigue abierto.
Desde la Casa de los Dioses, se sigue de frente por la pista de tierra y, tras girar a la izquierda, se llega en 1,5 km a la Cruz de Toribio. Ante nosotros se abrirá, por vez primera, una vista panorámica de Astorga.
VEMOS ASTORGA DESDE LA CRUZ DE SANTO TORIBIO Y POR TOBOGANES CORTOS LLEGAMOS A NUESTRO FIN DE ETAPA
El crucero que domina estas vistas de Astorga se levantó en honor a Toribio, un religioso del S. V. Su vida santa comenzó cuando vendió todo lo que tenía para peregrinar a Jerusalén. Después, fue nombrado obispo de Tui y de Astorga.
Dicen las crónicas que siendo obispo de Astorga escribió una carta al Papa, mostrándole su preocupación por una doctrina que estaba cogiendo fama en la ciudad. Se trataba del Priscilianismo, que años después sería condenado herejía. El Papa, preocupado por la situación, le dijo a Toribio que organizara una reunión y le dio la potestad de excomulgar a todos aquellos que no condenasen el Priscilianismo durante la convención. Al parecer, los excomulgados se enfrentaron a Toribio y este terminó siendo expulsado de Astorga.
Años después Toribio estaba siendo perseguido por los visigodos y, al llegar a Astorga pidió refugio, pero se le negó la entrada. Enojado, subió al lugar donde ahora se encuentra la cruz y dijo sus palabras más famosas: “De Astorga, ni el polvo”. Hoy, la ciudad rinde homenaje a uno de sus grandes personajes históricos con este gran crucero.
Después de disfrutar de las vistas que nos ofrece este crucero, bajamos el tobogán que enlaza con la N-120 y nos deja en San Justo de la Vega, población satélite de Astorga. Para llegar al fin de etapa, podemos seguir por la N-120 o seguir los senderos peatonales. Sabed que si no vais por la carretera hay que pasar por encima de las vías de tren usando una pasarela elevada en rampa, que implicará bajarse de la bicicleta.
Dos rotondas y una fuerte rampa después, entramos en Astorga, la antigua Asturica Augusta de los romanos.
UN PASEO DE UNA TARDE POR ASTORGA
Astorga es una ciudad sencilla de recorrer y con muchísimo que ofrecer, lo que la convierte en un perfecto fin de etapa. En este caso, sólo es necesario caminar 7 minutos para ver los principales monumentos de la ciudad. En este mapa que hemos creado podéis ver la ubicación de los principales monumentos y museos, así como el itinerario del paseo que os proponemos.
Astorga es la capital de la Maragatería, una comarca de la zona central de la provincia de León. Al visitarla, la impronta más notable de esta cultura es el encuentro con múltiples locales que ofrecen el famoso cocido maragato. Además de la gastronomía, toda esta zona comparte otros elementos de folclore y tradiciones. El origen de esta unidad es discutido, se dice que podría venir de una expresión latina que significa “moros cautivos” (mauri capti) por tener algún tipo de origen bereber. También, como os contamos en el resumen histórico de la ciudad, podría tener que ver con el trabajo de los arrieros, unos comerciantes que transportaban mercancías en mula por esa zona. Los arrieros iban desde Galicia (mar) a Madrid (donde están los Gatos), de ahí que ellos fuesen los que iban de mar-a-gatos.
Os animamos a que probéis las delicias maragatas, pero también a que visitéis una ciudad con un glorioso pasado romano y medieval. Para organizaros mejor, os dejamos los horarios y precios de las visitas.
¡Buen descanso, peregrinos!
Para comenzar, un poco de Historia…
De la actual ciudad de Astorga se sabe a ciencia cierta que fue un importante centro romano. Lo que no está tan claro es qué había en el cerro en el que se sitúa la ciudad antes de que ellos llegasen. El sabio romano Ptolomeo dice en uno de sus libros que aquí se ubicaba la capital de las tribus astures, lo que daría la paradoja de que su centro más importante no estuviese en lo que hoy es Asturias.
No hay evidencias arqueológicas claras de que allí hubiese algo antes de que llegasen los romanos, sólo crónicas y textos antiguos de otros pueblos hablan de ello. Resulta extraño por la posición privilegiada del asentamiento, sobre un cerro y con buenas vistas del entorno.
Lo que sí está claro es que en el 19 a. C. llega a Astorga la Legio X Gemina. En la etapa anterior descubrimos cómo otra legio, una esas entidades en las que se dividía el ejército romano, había fundado León. En Astorga también se instalaron para controlar el territorio conquistado y los beneficios de las minas de oro de las Médulas.
La importancia que fue acogiendo este núcleo lo convirtió en capital de uno de los “conventus” romanos, lo que hoy sería el equivalente a una provincia. De su función política y administrativa quedó como legado su gran foro, hoy debajo de la Plaza Mayor.
Con la llegada del cristianismo y de las invasiones bárbaras que terminaron por desatar la caída del Imperio, la ciudad mejora su sistema defensivo construyendo unas enormes murallas. Estos grandes muros del S. IV fueron luego rehabilitados en la Edad Media y aún hoy quedan restos en bastante buen estado de conservación.
Después de los convulsos momentos de los ataques árabes, a partir del año 1000 se vuelve a convertir en un asentamiento permanente. Empieza así su evolución medieval, en la que terminará por perder el trazado reticulado que había heredado de sus inicios romanos, surgiendo su gran catedral entre pequeñas callejuelas entrecruzadas.
Durante la Edad Media, Astorga pasó por diferentes modos de gobierno, la mayoría de ellos concentrando el poder en una persona de familia importante por cesión del rey. Durante el S. XIII fue un señorío y en el S. XV, cuando llegó al trono Enrique IV, un marqués de la familia de Osorio cogió el poder. Se convirtió así la ciudad en un marquesado en la que los Osorio promovieron mucho el comercio y el crecimiento urbano. La anterior catedral románica desapareció en favor de la gran construcción que vemos hoy en día y otras organizaciones religiosas importantes, como las clarisas o los franciscanos, se instalaron en Astorga.
En el S. XVII crece el comercio en la ciudad. En gran parte la causa de esto fue la importancia que había ido acogiendo desde el S. XIV la arriería, el transporte de comestibles y artículos de consumo sobre burros y mulas. Se llevaban muchos artículos a Galicia y se establecieron importantes relaciones comerciales. Con el cacao que los arrieros traían desde los puertos de comercio con América surgieron diferentes fábricas que elaboraban un chocolate artesano que aún hoy podemos seguir degustando.
La ciudad siguió creciendo hasta el S. XIX, cuando diferentes epidemias y la Guerra de Independencia contra Napoleón hizo que descendiera la población. También se tiraron algunos edificios emblemáticos, como el castillo medieval y gran parte de la muralla.
Además, a finales del S. XIX llegó el ferrocarril a la ciudad. Esto afectó mucho a la organización mercantil de Astorga, ya que se perdió la tradición de los arrieros y se incrementó mucho la producción de las fábricas artesanales, que acogieron métodos más industriales. La ciudad creció mucho,ampliándose por fuera de los muros de la antigua cerca medieval.
Hoy Astorga es una ciudad moderna que ha sabido mantener el saber hacer tradicional que ha marcado gran parte de su cultura. Encontraremos en ella todos los servicios que necesitemos y, a la vez, podremos probar el mismo chocolate que se comía en el S. XVII y pasear por calles de herencia medieval o parte de su glorioso pasado romano.
Primero fue Asturica Augusta: del foro a la actual Plaza Mayor
En Astorga quedan bastante restos romanos, como por ejemplo las cloacas y las termas. Es muy interesante que lo que era el antiguo foro romano, la “plaza” que era el centro político donde se reunía el gobierno de la ciudad, sea hoy el mismo sitio en el que su ubica la Plaza Mayor y el Ayuntamiento.
El foro de Astorga era un espacio de forma cuadrangular, rodeado por un pórtico columnado. En uno de sus lados se abría un gran ábside cuyo pavimento era de mármol, que hoy se conserva. Se denomina Aedes Augusti y lo especial de este lugar ha hecho creer que fuese un templo dedicado al emperador romano.
En la calle que sale al lado de lo que hoy es el Ayuntamiento se encuentra el Museo Romano. Ocupa el edificio de la “Ergástula”, una construcción que formaba parte del foro. Se cree que seguramente formaría parte de una pórtico en forma de U, en cuyo centro había un templo elevado. En cuanto a su función, no se sabe muy bien para qué servía. Hay investigadores que creen que servía como prisión de los esclavos que eran explotados en las minas de oro de las Médulas y del Monte Teleno.
En 1999, el ayuntamiento consiguió recuperar la propiedad del inmueble y creó una estructura superior para hacerlo sede del Museo Romano de la ciudad. En él podremos encontrar muchos restos arqueológicos cuyo principal objetivo es hacer que el visitante comprenda cómo era la vida en los últimos momentos del Imperio Romano. La página web del museo también es muy didáctica. En ella, además de encontrar horarios y precios de visita, podemos aprender un poco más sobre los romanos.
Si tenemos interés en conocer más sobre el pasado romano de Astorga, podemos visitar las termas, las cloacas a la llamada “Domus del Mosaico del Oso y los Pájaros”, una antigua casa patricia en donde se conserva un mosaico en el suelo. Lo mejor es que hacer la «Ruta Romana», una iniciativa promovida por el ayuntamiento desde el 2005. Las termas, las cloacas y el Aedes Augusti sólo se pueden visitar haciendo la ruta. El resto de cosas son de visita libre o de pago por separado. En esta web tenéis toda la información.
Hoy en día la Plaza Mayor sigue siendo el centro de la vida de gobierno de Astorga. El edificio del ayuntamiento es uno de los grandes exponentes del barroco civil de la provincia de León. Durante el “Siglo de las Luces”, se promovió la construcción de muchos edificios civiles, ya que la Ilustración daba mucha importancia al debate sobre política y al gobierno civil. Por eso muchos edificios civiles de España son barrocos, porque a finales del S. XVII y durante el XVIII es el estilo que estaba en auge.
El edificio, totalmente simétrico, se organiza en dos pisos, teniendo el superior una gran balaustrada de forja. Las dos grandes torres de los lados se unen a la espadaña central por una especie de balaustrada tallada que asemeja arbotantes. De su reloj en la parte superior salen Colás y Zancuda, dos esculturas de maragatos que tocan campanas con mazos cada hora en punto desde el S. XVIII.
Hacia el gran monumento medieval de Astorga… La catedral de Santa María
Salimos de la Plaza Mayor por la calle peatonal Pío Gullón, en el lado opuesto del Ayuntamiento. Tras dos cruces de calles, debemos cruzar un paso de cebra y, cogiendo la calle que se abre oblicuamente a nuestra derecha, llegaremos a la calle Los Sitios, más amplia y que nos dejará en pocos metros en la catedral, pasando antes por delante del Palacio Gaudí.
Como ya adelantamos, antes de que en el S. XV se iniciara esta monumental catedral, había otra más pequeña de estilo románico. Se tiró para empezar este proyecto, que duró tres siglos en terminarse. Esta dilatación en la construcción hizo que la evolución de la arquitectura en esos tres siglos se plasmase en la catedral, como una línea del tiempo tallada en piedra. Estos edificios siempre se comenzaban a construir por el ábside, la parte más sagrada, y se terminaban por la fachada occidental. Por eso, aquí el interior y el ábside son del gótico tardío (S. XV), su portada sur es renacentista (S. XVI) y su fachada occidental es barroca (S. XVIII).
El interior se divide en tres naves, siendo la principal más ancha y alta, con grandes arcos ojivales como separación. Sobre ellos se abre el segundo nivel del alzado, un claristorio de arcos también apuntados. En estas ventanas no encontramos vidrieras coloridas, como en León, sino que la luz natural entra en el templo a raudales, sólo rota por las finas tracerías decorativas de las ventanas.
Las bóvedas de la catedral de Astorga son una maravilla. En ellas, los baquetones de los pilares se entrelazan creando complicadas formas estrelladas, que podemos admirar sin que nada rompa la hermosa vista: la limpia luz del claristorio ilumina los pilares, que carecen de capiteles o decoración, haciendo resaltar estos increíbles dibujos simétricos.
En el exterior, lo más llamativo es la fachada occidental, profusamente decorada. Obra cumbre del barroco leonés, asemejan una especie de retablo mayor, como el que encontraremos en el ábside interior del edificio -sólo que ese será dorado y de S. XVI-. En la parte baja hay tres portadas abocinadas, puede que imitando a las que hay en León, ya que la central también es más grande. A sus lados, y no sobre ellas, se alzan dos grandes torres que se unen al cuerpo central por unos arbotantes en la parte superior.
En cuanto a la decoración, hay talladas escenas de la vida de Cristo y también aparece Santiago vestido de peregrino, evidenciando la impronta que el paso jacobeo ha dejado en la historia de Astorga.
Al salir de la catedral sólo tenemos que retroceder unos pocos pasos para encontrarnos de frente con el Palacio Episcopal de Astorga, el denominado Palacio Gaudí. Como ya mencionamos en la etapa anterior cuando visitamos la casa Botines de León, el genial arquitecto modernista realizó pocos proyectos fuera de Cataluña, siendo este es uno de ellos. El encargo surge cuando en 1886 se quema el anterior palacio episcopal de la ciudad y el obispo le pide a Gaudí que diseñe su nueva residencia.
Según se ve la construcción, se nos vienen a la cabeza multitud de referencias, desde Disney hasta catedrales góticas. Gaudí hizo en este palacio una reinterpretación de múltiples elementos historicistas, usando elementos y formas de diferentes estilos. Hay que tener en cuenta que en el diseño original no se encontraba la cerca exterior que hay hoy, de granito e hierro y que no permite acercarse al palacio si este está cerrado.
De la fachada principal, un poco adelantada, destaca sin duda el pórtico inferior. Cuatro grandes arcos abocinados en los que se marcan grandes dovelas sustentan una cúpula sobre pechinas. Por su parte, cada fachada lateral del edificio se enmarca con unos grandes torreones. Tres de ellos son iguales y sólo uno los supera en tamaño. La cabecera del edificio, en la parte opuesta a la fachada, imita a un ábside gótico, como una gran girola.
Aunque tenga apariencia de catedral, la forma del edificio no se corresponde con su forma, ya que es una cruz griega. La cubierta es de pizarra y a dos aguas. El palacio tiene cuatro plantas, contando el sótano, que se muestra en el foso que rodea al edificio, como en los castillos medievales.
Hay muchas influencias en esta original obra maestra de la arquitectura, pero la que más puede llamar la atención es la de la catedral de León: todos los ventanales se llenan de vidrieras en cuya elaboración participaron multitud de prestigiosos talleres. Los dibujos que muestran se parecen en su diseño a los de la Saint Chapelle de París.
El Palacio Gaudí funciona hoy en día como Museo de los Caminos. En él podremos ver piezas relacionadas con la peregrinación, mientras deambulamos por las distintas estancias de lo que se pensó como una residencia, pero que nunca llegó a acoger esa función.
Decidimos si queremos seguir visitando Astorga y probamos su gastronomía popular
En Tournride comprendemos que tras un intenso día de peregrinaje, alargar las visitas turísticas puede ser agotador. Por ello, terminamos aquí nuestro paseo, pero os dejamos algunas anotaciones sobre otras cosas que podéis ver en Astorga.
Como ya mencionamos, es posible conocer de manera mucho más profusa el pasado romano de Astorga realizando la Ruta Romana: termas, cloacas, antiguos templos, casas, el museo, etc. Si nos inclinamos más por el arte medieval, en la iglesia de San Bartolomé (S. XI) veremos una superposición de estilos que nos resultará muy interesante.
Para los más golosos recomendamos la visita al Museo del Chocolate de la ciudad. Lo aprenderemos todo sobre la tradición chocolatera de Astorga, lugar cuya fría climatología permitía una conservación excelente de este delicado material. El museo no tarda mucho en recorrerse, son sólo cuatro salas.
Visitemos estos monumentos o no, lo que no podemos es irnos de Astorga sin degustar el plato que lo hace conocido: el cocido maragato. El clima duro al que estaban sometidos los maragatos dieron lugar a una fuerte y contundente gastronomía popular. La leyenda popular dice que el cocido maragato se come al revés, primero la carne, luego la verdura y por último la sopa, porque “de sobrar, que sobre sopa”. Astorga está repleto de restaurantes que ofrecen el plato típico, así que no tendréis problema para probarlo.
Además del cocido, la cecina también es típica, igual que en León. Y, para los más dulces, esta ciudad es un paraíso: además del chocolate, las mantecadas y los melindres se hacen de manera artesanal. Todo un lujo para el paladar.
Será necesario reponer fuerzas porque mañana nos espera la subida a la Cruz de Ferro. Estamos ya muy cerca de Galicia…
¡Buen camino, peregrinos!