Etiquetas: Camino Francés

ETAPA 5: DE LOGROÑO A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA – CAMINO FRANCÉS EN BICICLETA

Distancia a Santiago: 612 km

Distancia en etapa: 50 km

Tiempo estimado: 4 – 4,5 horas

Cota mínima: 740 m

Cota máxima: 380 m

Dificultad de la ruta: Media – baja

Lugares de interés: Navarrete, Nájera, Santo Domingo de la Calzada. Opcional el desvío a San Millán de la Cogolla para ver los Monasterios de Yuso y Suso.

Mapa de itinerario: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí

Etapa 5 del Camino de Santiago desde Logroño hasta Santo Domingo de la Calzada

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PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA

Al salir de Logroño por la zona industrial llegamos a un carril bici que en ligerísima rampa (de cerca del 1,5%) nos hace aparecer en el borde del embalse de La Grajera en menos de 2,5 km.

Embalse de la Grajera con Logroño al fondo

Embalse de la Grajera, con Logroño al fondo (fotografía cedida en Flickr por Giovani Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Bordeamos el embalse por la derecha, en un sendero sin inclinación que terminará en una carretera estrecha en rampa. Debemos subirla durante 1 km hasta llegar al borde de la autopista A-12.

Seguimos por esa pista asfaltada con la autovía a nuestra derecha durante poco más de 1 km, cuando nos incorporamos a la N120 durante sólo 200 m, ya que debemos coger una salida señalizada a la derecha y que nos lleva a cruzar la AP 68 por un paso superior. Todo este tramo desde el embalse hasta la AP 68 lo hacemos en ligera pendiente por pistas asfaltadas o de gravilla bastante cómodas. Precaución únicamente al cruzar la N120.

Desde que cruzamos la AP 68 por ese paso superior el perfil va a ser de ligera rampa hasta que lleguemos al Alto de San Antón (kilómetro 20 de etapa). Es decir, en los siguientes 9 km superamos una diferencia de cota de 230 m, alternando pistas de gravilla con otras asfaltadas entre campos y viñedos.

Navarrete está en lo alto de una especie de cerro. Tras cruzarlo salimos por la N 120, que seguimos durante 1,5 km hasta ver una pista de grava que sale a la izquierda, marcada con un miliario con la flecha amarilla.

Vista del pueblo de Navarrete desde el trayecto del Camino de Santiago

Vista de Navarrete desde el camino (fotografía cedida en Flickr por Hans-Jakob Weinz bajo las siguientes condiciones)

Durante 1,5 km debemos seguir esa pista de tierra en ligera rampa hasta girar a la derecha para acercarnos de nuevo a la N120 y continuar paralelo a ella hasta ver una bifurcación a la izquierda. Un letrero nos indica que si cogemos esa senda a la izquierda pasaremos por Ventosa y debemos escoger si queremos cruzar esta localidad u obviarla.

Si pasamos por esa localidad recorreremos 1,3 km hasta llegar a ella por una senda de grava, en una ligera rampa de menos del 2% que alterna con tramos planos. Tras visitarla volveremos al sendero recorriendo un poco más de otro kilómetro hasta girar a la izquierda y llegar al Alto de San Antón.

Si no queremos pasar por Ventosa recorreremos poco menos de 3 km en línea recta, con la A-12 a la derecha, hasta llegar al Alto de San Antón.

Siguiendo el mismo sendero de tierra entre campos agrícolas cruzaremos la A12 por un paso subterráneo, continuando después con la carretera a nuestra izquierda. En ligera pendiente llegaremos hasta Nájera en menos de 6 km, entrando por su zona de polígono industrial.

Ribera de los lo ríos de Najerilla y Nájera

El río Najerilla y Nájera en su ribera (fotografía cedida en Flickr por Jose Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

Salimos de Nájera por el este por la calle Costanilla, asfaltada y en cuesta. Tras 800 metros el firme pasa a ser de grava y así seguirá siendo hasta que lleguemos a un cruce de caminos señalizado, donde volveremos a coger pista asfaltada. El perfil va a ser en general, muy suave.

Agradable paseo entre campos en el que cruzamos Azofra (kilómetro 34 de ruta) y volvemos a llegar al borde de la A12. Tras ir paralelos a ella durante 1 km llegamos a una rotonda que cruzamos.

Tras cruzar la LR 207 en esa rotonda para llegar a una senda de tierra, vemos que el camino se bifurca, marcado con una señal y flecha amarilla.

Si vamos hacia la izquierda seguiremos por una senda de tierra en rampa entre campos hasta llegar a Cirueña, donde podremos visitar la ermita de la Virgen de los Remedios. Es una diferencia de cota de cerca de 150 m en unos 5 km. Saldremos luego de Cirueña por otra senda de tierra, pero en ligera pendiente y con perfil suave. En cerca de otros 5 km llegaremos a Santo Domingo de la Calzada.

Si, una vez pasada la LR 207, seguimos recto en vez de ir hacia Cirueña, tendremos que recorrer un poco de más de 9 km cerca del borde de la A12 por una pista de grava. Durante los primeros 4 km tendremos más saltos pero luego el perfil se volverá muy suave hasta entrar en Santo Domingo de la Calzada, donde está el fin de la etapa.

En resumen, en esta etapa se supera una diferencia de cota de cerca de 350 m, pero se realiza de manera gradual. Hay dos puntos en los que el perfil se vuelve un poco más escarpado, en la llegada al Alto de San Antón tras pasar Ventosa y al pasar por Cirueña, antes de entrar en Santo Domingo de la Calzada.

Además, hay tres variaciones de ruta que podemos hacer:

  • Elegir pasar o no por Ventosa cerca del kilómetro 17 de ruta. 
  • Elegir pasar o no por Cirueña en el kilómetro 38 de ruta. Si elegimos ir por esta localidad la diferencia de kilometraje de etapa no varía mucho, pero sí que nos exige alcanzar una cota un poco más alta.
  • Ir a visitar el Monasterio de San Millán de la Cogolla desde Azofra para volver por Cirueña hasta Santo Domingo de la Calzada. Haremos 33 km en vez de 14 km desde Azofra hasta el fin de etapa, pero la visita vale la pena.

En general, esta etapa es sencilla. Buen firme, diferencias de cota pero que superaremos en rampas ligeras continuadas. Muchas de las pistas que cogeremos hoy son perfectas para ciclistas. ¡Una etapa para disfrutar!

CONSEJOS PRÁCTICOS

  • Si empezáis en Logroño, en Tournride os ayudamos a llegar hasta allí. Logroño es una ciudad muy bien comunicada, con aeropuerto y estación de tren y autobuses.

Ir en autobúsAquí podéis ver las conexiones de autobuses con el resto de España y las compañías que realizan cada trayecto (algunas de ellas son Alsa, Bilman Bus y PLM).

Ir en tren: La estación de tren está aquí y lo mejor para saber sus conexiones es visitar la página de Renfe, ya que con transbordos se puede llegar casi desde cualquier sitio.

Ir en avión: El aeropuerto está aquí, a 9 km de Logroño y hay que ir en él en taxi o en coche propio. Sólo tiene conexiones regulares con Madrid. La otra opción es volar a Pamplona y coger desde allí un autobús.

Recordad que en Tournride os dejaremos las bicicletas en vuestro alojamiento en Logroño si comenzáis allí y podemos llevarnos vuestro equipaje sobrante para que os esté esperando en vuestro fin de camino.

  • Desde Navarrete a Nájera hay más de 13 Km sin ningún lugar en el que aprovisionarse, a no ser que pasemos por Ventosa a mitad de camino. Si no vais a querer parar en Ventosa, coged provisiones en Navarrete.

ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

Esta etapa, que recorremos en su totalidad por La Rioja, nos permitirá visitar entornos naturales tan impresionantes como el del río Najerilla y visitar algunas de las localidades jacobeas más emblemáticas.

Iniciaremos el día por una agradable vía verde que, cruzando el paisaje riojano, nos llevará hasta Navarrete, donde podremos ver los impresionantes restos tardorrománicos de San Juan de Acre. Atravesando lugares llenos de leyendas como el poyo de Roldán alcanzaremos Nájera, donde disfrutaremos de su impresionante patrimonio y entorno natural y conoceremos otras leyendas y apariciones milagrosas. El camino nos llevará así hasta Santo Domingo de la Calzada, una de las más míticas localidades jacobeas, fundada por el hoy santo Domingo García en el S. XI, que dedicó su vida a construir infraestructuras para facilitar la peregrinación a Santiago.

Podremos, además, desviarnos para visitar el conjunto monacal de San Millán de la Cogolla, considerado el lugar de nacimiento de la lengua española.

¿Se puede pedir más?

SALIMOS DE LOGROÑO POR EL EMBALSE DE LA GRAJERA Y VISITAMOS NAVARRETE

Salimos de Logroño por el polígono industrial y desde la Avenida de Burgos llegamos a una rotonda donde vemos el parque de San Miguel detrás. Desde allí cogemos un paso subterráneo que cruza la LO-20 y nos hace salir de Logroño.

Desembocamos en una agradable vía verde que nos lleva por el parque de La Grajera hasta llegar al embalse. Bordeamos luego el embalse por esa misma vía. 

El embalse de la Grajera se creó en 1883 para regar las huertas cercanas a la ciudad y poco a poco se fue acondicionando como parque. Si recorréis esta ruta en un día caluroso y al ver el agua pensáis en daros un baño, ¡ni se os ocurra! Es un área medioambiental protegida y se estudia el ecosistema del agua, por lo que no se permite ningún tipo de interacción humana con ella.  

Embalse de la Grajera

Embalse de la Grajera (fotografía cedida en Flickr por Total13 bajo las siguientes condiciones)

Subimos la rampa desde el embalse hasta llegar a la valla que marca el borde de la A12, en donde los peregrinos han colgado muchas cruces de madera. A lo largo del camino veremos que hay más lugares en los que se repite esta tradición.

Seguimos el camino hasta cruzar la AP 68 por un paso superior y ver a nuestra izquierda los restos de la iglesia del Hospital de San Juan de Acre. Tras su excavación, los restos más interesantes se llevaron al cementerio de Navarrete, que veremos a nuestra salida del pueblo.

LLEGAMOS A NAVARRETE, EN EL CERRO TEDEÓN

Navarrete se encuentra en la cima del cerro Tedeón. Esta posición estratégica hizo que hasta el S. XVI tuviese un carácter muy defensivo, con un castillo en la cima y rodeado de murallas. Poco a poco se fueron tirando todos esos elementos hasta coger la forma que tiene hoy en día, con dos calles mayores paralelas en la ladera del cerro y con el Camino de Santiago atravesándolo de este a oeste.

En el centro está el principal monumento del pueblo, la iglesia de la Asunción de la Virgen. En el exterior sus líneas renacentistas son sencillas pero, si tenemos oportunidad, vale la pena entrar para echar un vistazo al maravilloso altar y retablo de estilo barroco, completamente cubierto de tallas doradas.

Seguramente nos llamará la atención la cantidad de referencias y venta de alfarería en el pueblo y es que Navarrete es uno de los centros alfareros tradicionales más importantes de la península. Su tradición alfarera se remonta a los tiempos romanos, cuando con el barro del río Najerilla se elaboraban piezas de la llamada “terra sigillata”, un tipo de cerámica romana de color rojo.

Iglesia de la Asunción de la Virgen en el pueblo de Navarrete

Iglesia de la Asunción de la Virgen en Navarrete (fotografía cedida en Flickr por Carmelo Peciña bajo las siguientes condiciones)

Salimos por el pueblo por la N120 y encontramos a nuestra izquierda el cementerio del pueblo, donde como ya hemos dicho veremos los restos de la iglesia de San Juan de Acre.

Piedra a piedra movieron los restos desde su emplazamiento original hasta este punto, donde sigue impresionando el grosor y la calidad de los muros y su sillería. La puerta del cementerio es la antigua puerta norte de la iglesia y está flanqueada por dos grandes ventanas que antes estaban en la cabecera del templo.

En Tournride recomendamos que os acerquéis para ver bien los detalles decorativos de todo el conjunto, de estilo tardorrománico. Hay numerosas representaciones de leyendas (como la de Roldán y el gigante Ferragut, que luego explicaremos más profundamente), pasajes bíblicos como la lucha de San Jorge y el dragón y otras más tiernas como ángeles abrazándose.

La iglesia de San Juan de Acre en el cementerio del pueblo de Navarrete

Restos de la iglesia de San Juan de Acre en el cementerio de Navarrete (fotografía cedida en Flickr por Carmelo Peciña bajo las siguientes condiciones)

Allí podremos ver también un placa en recuerdo de Alice Craemer, que murió en 1986 al ser atropellada por un camión mientras hacía el Camino.

DE NAVARRETE A NÁJERA: DECIDIMOS VISITAR VENTOSILLA Y CONOCEMOS LEYENDAS DE LUCHAS CONTRA GIGANTES

Seguimos nuestro camino y, tras unos 4 km, al pasar por debajo de un paso superior de la A12 y siempre con la autovía a nuestra derecha, veremos un cartel que indica el desvío a Ventosa. Si pasamos por esta localidad sumamos cerca de 1 km a la ruta.

Hay que tener en cuenta que si no pasamos por Ventosa, nos quedan 9,5 km para llegar a Nájera, por lo que si queremos comer o vamos faltos de agua no es mala idea pasar para aprovisionarse. En Ventosa también hay un albergue con un sitio cerrado para guardar las bicis.

Vayamos por Ventosa o no, pasamos por el Alto de San Antón (675 m de cota) desde donde veremos por primera vez Nájera a lo lejos (485 m de cota). No la perderemos de vista durante los siguientes 7,5 km que realizaremos en ligera pendiente hasta llegar allí.

Camino entre árboles verdes desde Navarrete a Nájera

Paisaje de Navarrete a Nájera (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Pero antes de alcanzar Nájera, tras cruzar la N120 por un paso subterráneo, veremos por el camino a nuestra izquierda el Poyo de Roldán.

Primero dejaremos a la izquierda la colina a la que se refieren como el poyo y, un poco más adelante, vemos un cartel explicativo que recuerda la leyenda de Roldán contra el gigante Ferragut acontecida en esa colina y que en Tournride os reflejamos de manera resumida en unas líneas. Recordamos que Roldán era sobrino de Carlomagno, el emperador de los francos. Es un personaje histórico, aunque sus gestas militares han pasado a la historia conformando una especie de leyenda mítica sobre su vida.

Aquí se recuerda como un día llegó a oídos de Carlomagno que en estas tierras había un gigante sirio llamado Ferragut que proclamaba la supremacía del islam frente al cristianismo. Sabiendo esto, Carlomagno envió a un grupo de soldados para matarlo, que lucharon con él durante días sin éxito. Llegó un momento en el que Roldán pidió a su tío luchar y así lo hicieron, durante dos días y dos noches. Extenuados, los dos contrincantes hicieron una parada y comenzaron a charlar sobre sus religiones. Se generó un ambiente distendido entre ellos y el gigante confesó a Roldán algo que le terminaría por costar la muerte: le dijo que su único punto débil era su ombligo. Roldán atacó en ese punto cuando volvieron a la lucha y derrotó al enemigo.

Esta leyenda se encuadra históricamente en la lucha por expulsar a los musulmanes de la península durante la Reconquista, cuando se usó muchas veces la figura de Roldán como un gran defensor del cristianismo cuya supremacía militar se relacionaba con la superioridad del cristianismo.

EL capitel románico localizado en la iglesia de San Juan de Acre

Capitel románico de San Juan de Acre con la escena de Roldán y el gigante Ferragut (fotografía cedida por Javier Regay bajo las siguientes condiciones)

LLEGAMOS A NÁJERA: “PEREGRINO: EN NÁJERA, NAJERINO”

Esta localidad de gran tradición jacobea nos recibe con ese mensaje pintado en una casa de labranza a la entrada del pueblo, una bonita manera de entrar sintiéndonos como en casa en nuestro kilómetro 27,5 de etapa.

Entramos por el este y cruzamos el río Najerilla por el puente de piedra atribuido a San Juan de Ortega, impulsor de infraestructuras del Camino entre los S. XI y XII (aunque el puente ha sido reformado).

Ya en la orilla oeste, no podemos dejar de visitar el Monasterio de Santa María la Real, panteón de antiguos reyes de Navarra. Lo mandó fundar en 1052 el rey Don García Sánchez II, después de conquistar ese territorio a los musulmanes. Lo dedicó a la Virgen porque en ese lugar hacía un tiempo ésta se le había aparecido al rey en una cueva, cuando él estaba de caza. El monasterio fue gestionado por Cluny hasta el S. XIX, hoy es franciscano.

Monasterio de Santa María la Real donde se localiza el Panteón de Nájera

Panteón en el monasterio de Santa María la Real en Nájera (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

A los pies de la iglesia está la cueva en donde ocurrió la leyenda de la Virgen. En su entrada está el panteón real de reyes de Navarra, con doce enterramientos con majestuosas tumbas talladas de entre el S. X y el XII.

La iglesia se encuentra entre los estilos gótico y renacentista. Llama mucho la atención el claustro, una verdadera joya, en donde también hay enterrados muchos nobles. Vale la pena su visita (avisamos de que tiene un coste de 4€).

Claustro de piedra en el monasterio de Santa María la Real

Claustro del monasterio de Santa María la Real (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

En Nájera también vale la pena disfrutar del entorno natural del Najerilla, enclavado entre impresionantes paredes de tierra roja. En esta localidad conviven armoniosamente un paraje impresionante con grandes monumentos en piedra como el monasterio que hemos visto.

Cuevas de tierra verticales en la localidad de Nájera

Cuevas en las paredes verticales de tierra de Nájera (fotografía cedida en Flickr por Drcymo bajo las siguientes condiciones)

Si nos vemos con fuerzas y queremos ver unas vistas impresionantes del lugar, podemos subir al alcázar de Nájera antes de irnos. Está entre el castillo de la Mota y el pueblo. Su origen, igual que el del castillo, es musulmán. En el S. XVI se rehabilitó para ser residencia palacial, pero a finales de ese siglo dejó de estar ocupado y comenzó a deteriorarse hasta que en el S. XVII ya casi sólo quedaban ruinas.

Gracias a las distintas campañas arqueológicas realizadas se han podido sacar a la luz numerosos restos, hoy salvaguardados en museos. A pesar de que “in situ” no quede mucho del glorioso pasado, las vistas y el paraje natural que nos rodean vale la pena.

EN AZOFRA DECIDIMOS (O NO) DESVIARNOS A SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

Salimos de Nájera subiendo una cuesta asfaltada por la calle Costanilla. Pronto entramos ya en una pista de buen firme de tierra que en 5,5 km nos llevará a Azofra, en perfil suave.

En Azofra entramos por su calle mayor, que como en muchos pueblos jacobeos cruza toda la localidad y coincide con el Camino de Santiago. En Azofra encontraremos todos los servicios que necesitemos y deberemos tomar la decisión de desviarnos para visitar San Millán de la Cogolla. Si decidimos ir a verlo, haremos 33 km hasta Santo Domingo de la Calzada. Si seguimos recto, 12 km.

¿Qué es lo que nos espera si decidimos hacer el esfuerzo de sumar 21 km a nuestro camino para visitar San Millán de la Cogolla? Pues uno de los conjuntos monacales más impresionantes de toda España, formado en realidad por dos monasterios que en un principio estaban diferenciados: el de Suso y el de Yuso. Todo el conjunto es Patrimonio de la Humanidad desde 1997.

Imagen del Monasterio de San Millán de la Cogolla con su jardín

Monasterio de San Millán de la Cogolla (fotografía cedida en Flickr por Jose Manuel Armengod bajo las siguientes condiciones)

El origen del conjunto lo encontramos en el S. V, cuando en tierras riojanas nace Emiliano, un eremita que dedicó toda su vida al servicio del cristianismo, por lo que fue canonizado y hoy lo conocemos como San Millán.

Cuando Emiliano muere, sus restos se llevan a una cueva en ese lugar, que luego se convierte en una iglesia y después en el centro de una comunidad monástica. Hay que tener en cuenta que esta comunidad no era como las comunidades monacales que hoy conocemos, sino que seguía la regla mozárabe y era mixta, convivían en ella hombres y mujeres. Esto fue muy normal en la península ibérica hasta el S. IX.

Camino con el Monasterio de Suso al fondo

Monasterio de Suso (fotografía cedida en Flickr por Aherrero bajo las siguientes condiciones)

En el S. XI Don García Sánchez II, el mismo rey que mandó edificar Santa María la Real, ordena llevar los restos del santo a Nájera. Pero, por un milagro, los que lo portan se quedan “clavados” sin poder moverse, lo que se interpreta como que el santo no quería irse del lugar.

Por eso, el rey manda construir al lado del Monasterio de Suso otro monasterio para dejar ahí los restos y se construye el monasterio de Yuso. Este monasterio ya sigue la regla benedictina y es sólo masculino. Los dos conviven al lado del otro hasta el año 1100 cuando se juntan y comienza su época de esplendor.

Imagen antigua del monasterio de Yuso

Monasterio de Yuso (fotografía cedida en Flickr por Mario Martí bajo las siguientes condiciones)

Este época dorada se materializó, sobre todo, en una increíble producción de códices, la mayoría guardados hoy en una inmensa biblioteca en el monasterio que se puede visitar. De hecho, se considera que aquí surgió la lengua castellana codificada tal y como la entendemos hoy en día, porque un monje en este “scriptorium” fue el primero que escribió en lengua castellana en uno de estos códices. Es algo muy significativo porque, en ese momento, el latín era la lengua “culta” y por lo tanto la única que se escribía. El castellano, en cambio, era la lengua popular y al no escribirse no estaba ni reglada ni codificada. Al comenzar a escribirse se empieza a formar el castellano tal y como hoy lo hablamos.

Interior del monasterio de Yuso, la biblioteca de San Millán de la Cogolla

Biblioteca de San Millán de la Cogolla, en el monasterio de Yuso (fotografía cedida por Rafael Nieto)

Además de la importancia histórica de este conjunto, el lugar es impresionante desde el punto de vista artístico y arquitectónico, por lo que la visita en conjunto se vuelve una delicia. Desde Tournride aconsejamos informarse antes de emprender la visita a los monasterios, para evitarnos el disgusto de llegar y que, por ejemplo, sea lunes y estén cerrados.

DE AZOFRA A SANTO DOMINGO DE LA CALZADA

Salimos de Azofra por el noroeste siguiendo una pista asfaltada que en unos metros pasa a ser de tierra, pero de buen firme. Seguimos hasta llegar a la A12 y, tras recorrer 1 km por el lado de la autovía, llegamos a una rotonda de la que sale la L207. Cruzamos al otro lado de esta carretera para seguir por una pista de tierra.

Unos 50 metros después de cruzar la carretera vemos una bifurcación. Aquí es donde debemos escoger si queremos seguir recto para pasar por Cirueña o girar a la derecha para ir directos a Santo Domingo de la Calzada.

Salida de Nájera por a través de una pista de tierra

Pista de tierra a la salida de Nájera (fotografía cedida en Flickr por Giovanni Riccardi bajo las siguientes condiciones)

Si decidimos ir por Cirueña, deberemos ir por una pista de tierra en rampa suave durante unos 5 km hasta llegar a una gran urbanización con un campo de golf, de construcción reciente. Al norte de esta urbanización está Ciriñuela, el núcleo antiguo. Entre los dos está la ermita de la Virgen de los Remedios, templo de construcción reciente en mampostería y ladrillo, con un interior sencillo y en colores pastel.

Realmente, la distancia que se recorre pasando o no por Ciriñuela no varía mucho, tan sólo se suman unos 2 km, pero el paseo es mucho más agradable cogiendo el desvío. Si seguimos recto iremos todo el tiempo casi pegados a la autovía, en vez de por caminos de buen firme entre grandes campos de viñedos.

UN PASEO DE UNA TARDE POR SANTO DOMINGO DE LA CALZADA, “DONDE CANTÓ LA GALLINA DESPUÉS DE ASADA”

Entramos en Santo Domingo de la Calzada por la calle San Roque, al este. Como siempre, en Tournride os contamos un poco la historia del lugar fin de etapa y os proponemos un paseo corto en el que podáis conocer un poco el lugar.

En este caso, el paseo dura 15 minutos y en él podréis ver los principales monumentos del lugar recorriendo menos de 1 km. Pinchad aquí para ver el mapa de recorrido del paseo.

¿Os animáis?

Personas entrando a Santo Domingo de la Calzada a través de un camino de tierra

Camino de entrada a Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Alberto Cabrera bajo las siguientes condiciones)

Lo primero: conozcamos la vida de Santo Domingo, patrón de los ingenieros

El surgimiento de la localidad de Santo Domingo de la Calzada se relaciona con la vida y obra de Domingo García, un hombre que en el S. XI dedicó su tiempo a construir infraestructuras para facilitar el camino a los peregrinos.

Según se dice, lo que hoy es Santo Domingo de la Calzada era en el S. XI un bosque de encinas al lado del río Oja. Un ermitaño llamado Domingo vivía en ese bosque, retirado a su espiritualidad porque no había sido admitido en el monasterio benedictino de San Millán de la Cogolla. Él veía cada día las dificultades que tenían los peregrinos para sortear los accidentes geográficos en aquellas tierras, en un momento en el que el Camino estaba en todo su esplendor. Junto a un obispo, que también se propuso ayudarles, Domingo construyó un puente de madera sobre el río Oja.

Cuando el obispo murió, Domingo siguió creando infraestructuras, la más conocida una calzada de piedra que terminó dando nombre a la localidad actual en su honor. Cambió el puente de madera por uno de piedra y construyó un albergue e iglesia.

Entrada de la catedral de Santo Domingo

Portada sur de la catedral de Santo Domingo, donde se encuentran los restos del santo (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

Todo esto dio un impulso económico y poblacional al burgo que se estaba creando, en ese momento, potenciando el asentamiento de comerciantes. El rey Alfonso VI, viendo lo provechoso que era esto, decidió darle a Domingo la dirección de otras obras del Camino y él y su discípulo Juan de Ortega siguieron realizando diferentes infraestructuras. Por esto, Santo Domingo es hoy el patrón de los ingenieros de caminos, canales y puertos.

Milagros de Santo Domingo

La dedicación y el carácter solidario y afable de Domingo, que le hizo ser muy conocido por pobres y ricos durante sus 90 años de vida, han hecho que con el paso del tiempo se le hayan atribuido múltiples milagros a este santo. Muchos de ellos en vida y otros de curaciones de peregrinos cuando visitaron su sepulcro.

Su milagro más conocido es el del gallo y la gallina. Esta historia cuenta cómo una familia con un hijo joven que peregrinaba a Santiago paró en el hospital de peregrinos que Domingo había construido. La hospitalera se enamoró del chico, pero este no le correspondía y, despechada, ella le escondió un objeto de valor del albergue en la mochila al joven, acusándole de robarlo cuando se fue con su familia del lugar.

El chico fue condenado a la horca, sentencia que se cumplió. Pero, después de que se le ahorcase, sus padres se acercaron y escucharon como les hablaba y les decía que estaba vivo gracias a Domingo. Los progenitores corrieron a decírselo al corregidor, sabiendo que ante tal milagro iba a exculpar a su hijo. Cuando éste escuchó su historia, les dijo jocoso que seguro que el joven estaba tan vivo como la gallina (ya asada) que se disponía a comer. De pronto, la gallina revivió y el corregidor, asombrado, exculpó al chico.

Escultura de Santo Domingo en el interior de la catedral

Talla de Santo Domingo en la catedral, con esculturas de un gallo y una gallina a su lado (fotografía cedida en Flickr por Rowanwindwhisler bajo las siguientes condiciones)

De ahí el lema del pueblo de Santo Domingo de la Calzada, “donde cantó la gallina después de asada”.  En honor a esta historia, se guardan en la catedral de la localidad una gallina y un gallo vivos que se cambian cada 15 días y durante las fiestas patronales de la localidad se comen “ahorcaditos”, unos dulces típicos.

Comenzamos nuestro paseo por la Calle Mayor…

Empezamos a caminar por el lado este del pueblo, entrando por su calle Mayor, en cuyo centro está el complejo que en su día inició Santo Domingo y que también visitaremos. 

A pocos metros de comenzar a andar, nos encontramos a nuestra izquierda con un gran edificio de piedra: es el monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, del S. XVII. Esta abadía cisterciense tiene un albergue de peregrinos (gratuito) y una hospedería que usan las monjas como medio de vida.

Seguimos caminando y en unos metros vamos a pasar por la oficina de información turística, donde si queremos podemos hacer una parada para conseguir un plano o mayor información.

En unos 60 metros a nuestra izquierda se abre la plaza de la Alameda, un pequeño rincón verde donde relajarnos si lo necesitamos. Al otro lado de la calle está un edificio muy especial: la casa de la Cofradía del Santo. Está formado por varios edificios, desde el S. XVI hasta un albergue moderno y tiene un gran material en exposición sobre la vida del santo. En este lugar es donde se crían las aves que luego se llevan a la catedral para recordar el milagro de Santo Domingo.

Calle Mayor de Santo Domingo de la Calzada

Calle Mayor de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Guillén Pérez bajo las siguientes condiciones)

LLegamos a la Plaza del Santo: torre, catedral y parador

En el centro del pueblo se encuentra la catedral de Santo Domingo. Su portada sur se abre a una plaza en la calle Mayor, donde hay una gran torre.

La Torre Exenta es la más alta de La Rioja y no es otra cosa que el campanario de la catedral. Es raro que el campanario se separe del edificio principal, pero se cree que en este caso se hizo porque el terreno era poco firme (por estar cerca del río) y este era el mejor lugar para aguantar tanto peso. De hecho, se dice que para ayudar a cimentar la torre se añadieron al terreno restos de huesos de animales. Antes que esta torre barroca hubo otra románica y gótica, destruidas por un incendio y por su mal estado, respectivamente.

El ticket de entrada de visita a la catedral puede incluir también la entrada a la torre exenta, que desde su último piso ofrece unas vistas espectaculares del entorno. Desde Tournride recomendamos que optéis por subir, ya que vale mucho la pena.

Torre exenta de la iglesia de Santo Domingo de la Calzada

Torre exenta de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Jose Luis Cernadas Iglesias bajo las siguientes condiciones)

Al lado de la torre vemos la entrada a una pequeña ermita, la ermita de Nuestra Señora de la Plaza. Se dice que se construyó sobre un antiguo oratorio que había hecho el santo con sus propias manos. El aspecto que tiene hoy en día es resultado de la superposición de diferentes obras hasta 1710.

Enfrente de la torre está uno de los dos paradores que hay en la localidad. El Parador ocupa lo que antiguamente era un hospital de peregrinos, realizado por Santo Domingo. Llama la atención su vestíbulo, con muchos arcos góticos y un techo artesonado de madera.

Entramos en la catedral de Santo Domingo de la Calzada

En la plaza del santo veremos la portada sur de la catedral. En este brazo del templo es donde se encuentra el sepulcro de Santo Domingo y el gallinero en donde se conservan un gallo y un gallina para no olvidar sus milagros.

Entrada de la catedral de Santo Domingo de la Calzada con esculturas de piedra de los santos

Portada sur de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

Esta misma catedral que hoy visitamos tiene su origen en aquel primitivo templo que Domingo García construyó en el S. XI cerca del río Oja, junto a un hospital. La creciente importancia de este núcleo en el Camino de Santiago fue haciendo que sucesivas reformas se sumasen a esa construcción inicial hasta llegar a formar lo que vemos hoy en día.

La relevancia que el lugar fue cobrando se puede ver no sólo en cómo esta se fue tallando en piedra, sino también en el rango que la primitiva iglesia fue acogiendo. Ya en 1106 se aumentó su rango a colegiata y en el S. XIII la sede episcopal se trasladó de Calahorra a Santo Domingo, por lo que el templo se convirtió en catedral.

Imagen con la Torre exenta y restos de la muralla

Torre exenta y restos de la muralla (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

El resultado de todo esto es un templo de grandes dimensiones con planta de peregrinación en cruz latina, formado por una mezcla de estilos que atañen desde el románico hasta el barroco que encontramos, por ejemplo, en la torre exenta.

La planta de peregrinación es un tipo de forma de templo que incluye una especie de pasillo que bordea las naves y la girola, de manera que se puede recorrer todo el interior pegado a los muros sin intervenir en ningún momento en lo que pasa en la nave central y en el crucero. Así, se puede visitar el sepulcro de la iglesia sin molestar si está teniendo lugar misa en ese momento. La catedral de Santiago también tiene este tipo de planta.

 Crucero y ábside de la catedral de Santo Domingo de la Calzada

Crucero y ábside de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

En la catedral de Santo Domingo os animamos a que abráis bien los ojos para fijaros en la decoración que hay en los capiteles de las columnas, sobre todo en las del ábside. Tanto en el interior como en el exterior hay todo un programa iconográfico tardorrománico impresionante, con escenas de animales fantásticos y representaciones de pasajes de la Biblia. Los expertos lo consideran uno de los mejores y más completos de esta época.

Un capitel del ábside de la catedral

Detalle de un capitel del ábside de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

En la parte norte de la catedral se encuentra el claustro, que hoy acoge el Museo Catedralicio. Si os interesa la historia del lugar y el arte sacro, no dudéis en visitarlo. Horarios y precios de la visita a la catedral y al museo aquí. Además, en el brazo sur de la catedral también veremos el gallinero donde se guardan el gallo y la gallina que recuerdan el milagro del santo. 

Escultura de un gallinero en el interior de la catedral de Santo Domingo de la Calzada

Gallinero de la catedral (fotografía cedida por la Catedral de Santo Domingo de la Calzada)

Entre restos de murallas y antiguos conventos, terminamos nuestro paseo con lo mejor de la gastronomía riojana

Bordeamos el ábside de la catedral y llegamos a la Plaza de España, donde está el ayuntamiento. Lo más característico del edificio son los soportales abiertos a la plaza por arcos rebajados, donde los comerciantes solían apostarse para vender sus productos bajo cubierto con el resguardo de la muralla tras ellos. Cuando el ayuntamiento se trasladó al piso superior, este comenzó a ampliarse sucesivamente hasta que durante el barroco se le dio la forma que tiene hoy en día.

Plaza del ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada con gente

Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada (fotografía cedida en Flickr por Rubén Vique bajo las siguientes condiciones)

Desde la plaza salimos a la Avenida Burgos, que rodea lo que antiguamente sería la muralla que protegía el núcleo antiguo de Santo Domingo de la Calzada. De hecho, unos metros más adelante veremos unos restos de ella bastante bien conservados.

Las murallas de esta población sumaban más de 1,5 km de perímetro en total, con una media de 12 metros de altura, 38 torreones y siete puertas. Lo que hoy vemos en la Avenida de Burgos son los restos de uno de esas torres y de parte de los gruesos muros que protegían Santo Domingo.

Seguimos bordeando el núcleo antiguo hasta llegar al Parador de Santo Domingo Bernardo de Fresneda. Se construyó en el S. XVI para acoger a una comunidad franciscana, pero en el S. XIX con la desamortización el lugar se abandonó. Hoy en día ha sido reformado y acoge un Parador con restaurante. También parte del lugar se usa como taller para restaurar obras de arte.

La iglesia de San Francisco acoge el sepulcro de Fray Bernardo de Fresneda, que fue arzobispo y confesor de reyes como Felipe II o Carlos V. Él mismo puso muchos medios para reformar la iglesia que acogería su tumba y su esfuerzo hace que hoy su visita valga la pena. Especial atención al crucero de la iglesia, un buen ejemplo renacentista.

Nos encontramos en la Avenida de Juan Carlos I, el lugar perfecto para terminar nuestro paseo en Santo Domingo de la Calzada, porque en esta calle y en la paralela se concentran la mayoría de locales de restauración. Encontraréis ofertas para todo tipo de bolsillos y podréis probar platos típicos como el bacalao o las patatas a la riojana. Para beber, por supuesto, una buena copa de Rioja.

Mañana cambiamos de comunidad de nuevo, entramos en Castilla y León y pedalearemos hasta alcanzar Burgos, otra de las grandes ciudades jacobeas. ¡Buen camino!

ETAPA 4: DE ESTELLA A LOGROÑO – CAMINO FRANCÉS EN BICICLETA

 Distancia a Santiago: 661 km

Distancia en etapa: 49 km

Tiempo estimado: 4 horas

Cota mínima: 420 m

Cota máxima: 590 m

Dificultad de la ruta: media – baja

Lugares de interés: Los Arcos, Torres del Río, Viana, Logroño

Itinerario en Google Maps: Para ver el recorrido en Google Maps pincha aquí

Mapa de la etapa 4 del Camino de Santiago francés desde Estella a Logroño

Pincha sobre la imagen para ampliar

En esta etapa saldremos de Navarra para adentrarnos en La Rioja, la comunidad más pequeña de España pero internacionalmente conocida por sus vinos. Para llegar a Logroño y poder catarlos, deberemos antes recorrer 49 km que conjugarán tramos tranquilos de pista agrícola con perfil sencillo con otros dos más complicados, especialmente el de los cerca de 11 km que separan Torres del Río de Viana.

Desde Tournride os contamos todo sobre el perfil, servicios y patrimonio; para ayudaros a disfrutar al máximo de vuestro Camino y a tomar la mejor decisión de itinerario. Aún así, si os queda cualquier duda, siempre podéis contactar con nosotros.

¡Buen Camino!

PERFIL Y RECORRIDO GENERAL DE ETAPA

Salimos de Estella y recorremos los cerca de 2,5 km que nos separan de Ayegui por una ruta pedregosa en permanente subida, aunque con algunos saltos de pendiente bruscos. Un pistoletazo de salida un poco rompepiernas, pero nada que no se pueda llevar.

Tras salir de Ayegui y hacer la parada obligatoria en la Fuente de Bodegas Iratxe, hay dos posibles itinerarios: seguir por Azqueta y Monjardín o ir hacia el sur y salvar el Montejurra para pasar después por Luquín. Ambas opciones nos llevan a Los Arcos, pero desde Tournride escogemos (y os recomendamos) hacer la ruta tradicional por Azqueta y Villamayor de Monjardín.

Al salir de Azqueta la senda de tierra comienza a coger pendiente y se vuelve más estrecha según se avanza. En algún momento el recorrido puede volverse bastante incómodo, por lo que si necesitáis bajaros de la bici, no lo dudéis. Esta rampa dura sólo 1,5 km y nos recompensará con la visita a otra de las fuentes más emblemáticas del Camino, la Fuente de los Moros.

Llegada a Villamayor de Monjardín haciendo el Camino de Santiago en bici

Llegada a Villamayor de Monjardín (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

Saldremos de Los Arcos deberemos salir por el cementerio, en el lado este del pueblo, para coger otra pista agrícola de buen firme que en 7 km nos hará desembocar en Sansol (kilómetro 26 de ruta).

En Sansol salimos por la NA 1110 y desde ella ya podremos ver Torres del Río a nuestra izquierda, en una cota más baja. La carretera gira y nos lleva directos al pueblo. Entramos en Torres del Río por el norte y nos metemos por las calles de la Carrera y del Sepulcro para encontrarnos con la flecha amarilla a nuestra derecha, que nos lleva a enfrentarnos con el tramo más complicado de esta etapa.

Los 10,5 km que separan Torres del Río de Viana componen un verdadero tramo “rompepiernas”, con permanentes subidas y bajadas y continuos cambios de terreno. La parte más complicada es el cruce del barranco de Cornava, a caballo entre ambas localidades. La mayoría de esta parte del itinerario transcurre casi pegado a la NA 1110 y no cruza ningún pueblo o monumento reseñable, salvo por la ermita del Poyo, al borde de la carretera NA 1110. Además, el camino cruza varias veces la carretera de doble sentido, lo que también hace este tramo peligroso.

Por todo esto, a pesar de que se intente seguir el itinerario tradicional cuando se haga el Camino, en este caso desde Tournride os recomendamos que desde Torres del Río a Viana vayáis por la carretera NA 1110. Al llegar a Viana aún quedarán por delante 11 km de camino y no tiene sentido agotarse innecesariamente.

Una vez en Viana, el resto de la etapa hasta Logroño es una pendiente bastante pronunciada, excepto una pequeña rampa que usaremos para volver a la carretera al cruzar la frontera entre Navarra y La Rioja.

Salimos de Viana por la N 111 (también podemos seguir el sendero peatonal saliendo por el polígono y cruzando la carretera por un paso subterráneo) y tras recorrer menos de 1 Km vemos una senda de tierra con un miliario con el símbolo de la concha y la flecha a nuestra izquierda. Debemos coger esa pista asfaltada, que nos llevará directos a la ermita de la Virgen de las Cuevas (kilómetro 41 de etapa).

Desde la ermita seguimos por la pista asfaltada en pendiente y nos dirigimos al oeste para volver a la N 1111 por una ligera rampa. Al llegar a la carretera e incorporarnos a ella ya veremos el cartel verde que indica que entramos en la Rioja y, casi después, el cartel azul y amarillo del camino que nos señala la senda asfaltada que debemos seguir.

Tras cruzar tres pasos subterráneos, con la N 1111 a nuestra derecha, en poco más de 2 km llegaremos al puente de Piedra, entrada a nuestro fin de etapa: Logroño.

Puente de piedra en Logroño

Puente de piedra de Logroño (fotografía cedida en Flickr por Roberto Latxaga bajo las siguientes condiciones)

En resumen…

En resumen, a pesar de que esta etapa es la más larga de las que hemos realizado desde Saint Jean Pied de Port, el perfil sencillo y la gran cantidad de pistas asfaltadas harán que gran parte de los kilómetros a recorrer se conviertan en una agradable despedida de los campos navarros.

Únicamente recordamos aquí los dos tramos en los que hemos de tener precaución y las posibles variantes de ellos:

  1. Azqueta – Monjardín. Subida de 1.5 km por una rampa a veces bastante incómoda. Variante: ir por Montejurra y Luquín, aunque tampoco es un camino de rosas (hay que subir el monte hasta una cota de 970 m y volver a bajarlo).
  1. Torres del Río – Viana. Tramo de 10,5 Km con variación de tipo de terreno y permanentes subidas y bajadas, un “rompepiernas” en toda regla. Variante: Hacer esta parte por la NA 1110, lo que desde Tournride recomendamos.

 

CONSEJOS PRÁCTICOS

 

  • Si empezáis vuestro camino en Estella, la mejor manera de llegar allí es en autobús,  ya que no hay estación de tren. La Estellesa es una compañía de autobuses con conexiones a Estella desde Irún, Logroño, Pamplona, Puente la Reina y San Sebastián (además de muchas otras localidades menores).

Otra opción es ir en taxi desde Pamplona a Estella, si contactáis con Fermín en el +34 609 44 70 58, os llevará por 55 euros en días laborables y 68 en festivos. Su taxi tiene capacidad para 8 personas, por lo que puede organizar grupos de peregrinos para reducir el coste. 

Recordad que en Tournride os llevamos las bicicletas al lugar en el que empecéis y podemos transportar vuestro equipaje sobrante a vuestro fin de camino.

  • En esta etapa hay dos tramos de bastantes kilómetros en los que no hay ningún lugar en donde comprar agua o comida: los 9,3 km desde Urbiola a Los Arcos y los 10,6 km desde Torres del Río a Viana. Por ello, recomendamos provisionarse en Villamayor de Monjardín o Urbiola y en Sansol o Torres del Río.
  • Gran parte de la etapa transcurre por pistas entre campos abiertos, sin sombra. Si váis a recorrer este itinerario en verano, tened en cuenta la necesidad de ir bien protegidos del sol y con agua de sobra.
  • Menos en Azqueta y Urbiola, en el resto de localidades por las que se pasa en esta etapa hay albergues con lugares cerrados para guardar las bicicletas: uno en Ayegui, dos en Villamayor de Monjardín, dos en Los Arcos, uno en Sansol, dos en Torres del Río, tres en Viana y seis en Logroño. El albergue parroquial de Logroño  no tiene lugar cerrado para las bicicletas. 

 

ITINERARIO DETALLADO Y PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO

Hoy tenemos mucho que ver: desde ingeniería civil medieval en forma de fuentes y puentes hasta grandes templos en Logroño y otros más pequeños en Torres del Río. Visitaremos la gran Viana, núcleo histórico y monumentalizado y recorreremos campos entre viñedos. ¡Comienza la experiencia enológica en La Rioja!

Viñedo riojano con el pueblo de Briones al fondo

Viñedo riojano con el pueblo de Briones al fondo (fotografía cedida en Flickr por Juantigues bajo las siguientes condiciones)

Ayegui es prácticamente una extensión de Estella, por lo que en este principio de etapa debemos enfrentarnos al recorrido por estos términos municipales poblados y con tráfico denso.

Debemos salir de Estella por el suroeste. Tanto la calle de San Nicolás (ya visitada en nuestro paseo de fin de etapa anterior) como la calle Fray Diego de Estella, que sale del puente que cruza el Ega y conecta con el centro de la localidad, desembocan en una rotonda que nos lleva a la calle Carlos VII. Por esta calle salimos hacia Ayegui, cogiendo la segunda salida hacia la Calle de Estella en la siguiente rotonda.

En menos de 1 km ya estamos en Ayegui, por cuyo centro pasa la NA 1110 que debemos volver a coger tras pasar la Plaza de los Fueros. En unos 200 metros veremos la señal del peregrino con la flecha que nos indica que cojamos la calle de la izquierda que en menos de medio kilómetro nos llevará a nuestra primera parada obligatoria del día: el monasterio de Santa María de Iratxe y la famosa fuente de las bodegas del mismo nombre que, en vez de agua, mana vino.

Primero veremos a nuestra derecha la fuente de Bodegas Irache, la llamada “fuente del vino”. De piedra, tiene una placa de metal con la Cruz de Santiago repujada con dos caños a sus lados, de uno mana agua y del otro sale vino. Este fantástico invento se construyó en 1991, con la idea de que todos los peregrinos pudiesen acercarse a la fuente y corroborar lo que ya decía Aymeric en su códice del S. XII, que Estella era “tierra de buen pan y óptimo vino”.

Fuente de Bodegas Irache

Fuente de Bodegas Irache (fotografía cedida en Flickr por Jose Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

De hecho, antiguamente el pan y el vino eran una parte sustancial e importantísima de la dieta de los peregrinos, ya que productos como la carne o los huevos no estaban al alcance de la mayoría de la sociedad.

Además, la fuente combina esa referencia a la antigüedad del vino y del Camino en la zona con la más clara de las modernidades: hay una webcam instalada en la fuente, que permite ver en directo a los peregrinos. No dudéis en avisar a vuestra familia y amigos para que os echen un ojo cuando estéis allí, ¡siempre está bien dar envidia sana!

Peregrino bebiendo vino en la fuente de Bodegas Irache

Peregrino bebiendo vino en la fuente

Si queremos, en la oficina cercana a la fuente y en el Museo del Vino de la bodega pueden sellarnos la credencial de peregrinos.

Seguimos por el camino y unos metros más adelante llegamos a la plaza donde está el Monasterio de Santa María de Iratxe. Esta monumental construcción que aúna diferentes estilos, se comenzó a construir en el S. XI sobre otro anterior del S. VIII. Desde entonces fue sumando ampliaciones y mejoras y estuvo habitado ininterrumpidamente desde su nacimiento hasta 1985. Hoy en día ocupa casi 7000 m2, de los cuales más de 1000 se corresponden con su iglesia.

Fue el primer hospital de peregrinos de Navarra, ya que el de Roncesvalles no se comenzó hasta cerca de 100 años más tarde. Además de hospital de peregrinos también ha funcionado como universidad y lugar de formación para clérigos.

Imagen del Monasterio de Irache

Monasterio de Irache

De su construcción inicial llama la atención cómo se ha conservado la iglesia, del S. XII. El templo es románico claramente influenciado por la arquitectura cisterciense. El císter surgió como oposición a la Orden de Cluny, con la idea de devolver a los monasterios el ascetismo y pobreza. Por ello su arquitectura no está plagada de decoración, sino que es de formas limpias y elegantes, como este templo.

En relación a este enfoque hacia la pobreza, dice la leyenda que el abad de este monasterio solía esconder comida del cenobio bajo su hábito para dárselo a los pobres y que, cuando el resto de monjes le reprendía por sacarla a escondidas, al subirse el hábito salían rosas y flores.

Portada del Monasterio de Irache

Portada del Monasterio de Irache (fotografía cedida en Flickr por José Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

Además de la iglesia, vale mucho la pena la visita a los dos claustros del conjunto, siendo uno tardogótico y el otro de estilo herreriano.

Seguimos por la pista asfaltada hasta llegar en cerca de medio kilómetro a un cruce. Si seguimos las flechas amarillas pintadas en una piedra que nos señalan a la derecha, nos dirigiremos hacia Azqueta y Monjardín. En cambio, si seguimos por el sendero de tierra que tenemos en frente, ya veremos en unos metros un miliario de camino que nos estará indicando que sigamos recto, para hacer la ruta por el Montejurra y Luquín. Las dos rutas están bien señalizadas.

DE FUENTE A FUENTE, SEGUIMOS LLEVÁNDONOS POR LA CORRIENTE: RUTA POR AZQUETA Y MONJARDÍN

Tras esta parada festiva y cultural, debemos seguir nuestro camino, que nos llevará a visitar otra de las fuentes emblemáticas del Camino: la fuente de los Moros. Para eso debemos llegar a Villamayor de Monjardín.

Seguimos el sendero de tierra hasta llegar a la carretera NA 1110 y, después, la cruzamos para coger la Avenida Prado de Irache que sale un poco hacia nuestra derecha. Esta calle nos hará pasar por el Camping Iratxe y luego se convertirá en un sendero de tierra que cruza una carretera por un paso inferior. Siguiendo este estrecho sendero de tierra entre la poblada vegetación, volveremos a cruzar la carretera y teniendo la NA 1110 a nuestra izquierda todo el tiempo, llegaremos a Azqueta.

Desde Tournride, recomendamos que este pequeño tramo entre Ayegui y Azqueta se haga por la NA 1110. El sendero es estrecho y está lleno de saltos. No es que técnicamente sea complicado, pero sí que es engorroso y no se gana nada yendo por ahí, aunque sea la ruta tradicional.

Mencionar que de Azqueta es natural uno de los personajes más conocidos del Camino Francés, llamado Pablito. Para los peregrinos en bicicleta es todo un mito porque fue una de las primeras personas (si no el primero) que realizó el camino en bici, durante los años 60. Siempre espera a los peregrinos a la entrada del pueblo para dar consejos sobre cómo caminar correctamente o contar historias en relación a la peregrinación.

Por la calle Carrera salimos de Azqueta, girando a la izquierda tras pasar una nave industrial. Por delante tenemos una rampa en forma de senda de tierra no demasiado ancha de cerca de 1,5 km que desemboca directamente en Monjardín. ¡Ánimo, tras subirla podremos refrescarnos en una fuente de agua clara y tendremos por delante un paseo tranquilo hasta Los Arcos!

Al llegar a Monjardín la senda de tierra se convierte en una pista asfaltada y a nuestra izquierda se señala la fuente medieval de los Moros. Aunque su tejado se reconstruyó hace poco tiempo, dándole la misma forma que tenía cuando se construyó en el S. XIII, el resto de la fuente es un ejemplo muy especial de ingeniería civil medieval muy bien conservado y sin adiciones.

Fuente medieval de los Moros en Villamayor de Monjardín

Fuente medieval de los Moros en Villamayor de Monjardín (fotografía cedida en Flickr por Dani Latorre bajo las siguientes condiciones)

La fuente de los Moros es en realidad un aljibe, palabra procedente del árabe que significa “pozo” o “depósito”. Por las influencias de Al-Ándalus en la península ibérica podemos encontrar este tipo de construcción en diferentes luagres. Los árabes los ponían siempre en el patio de sus casas, en forma de piscina central a la que canalizaban el agua de la lluvia. Por eso, más que una fuente tradicional occidental con caños, este aljibe parece una caseta con dos grandes arcos de entrada que llevan a unas escaleras que descienden hasta el depósito de agua. Si hace calor, este lugar será perfecto para refrescarse un poquito después de la rampa que ha tocado subir desde Azqueta.

Dice el propio ayuntamiento de Villamayor de Monjardín que este pueblo es el de las cuatro mentiras, ya que “ni es villa, ni es mayor, ni tiene monjas ni tampoco jardín”. En realidad, antiguamente el nombre del pueblo era simplemente Villamayor pero como en España hay muchas localidades con ese nombre le añadieron el del monte en el que se encuentra. Antes ese monte se llamaba Deyo, por eso al castillo que hay en su cima se le denomina San Esteban de Deyo.

Vista de Villamayor de Monjardín desde el castillo

Villamayor de Monjardín desde el castillo (fotografía cedida en Flickr por Mikel Culla bajo las siguientes condiciones)

Del castillo se dice que “lo construyeron los romanos, lo hicieron fuerte los moros y lo conquistaron los navarros”. Las evidencias arqueológicas datan el castillo en el S. VIII por lo que los romanos no pudieron construirlo y a finales del S. IX el pueblo fue conquistado por los árabes, aunque a principios del S. X el rey Sancho Garcés lo recupera. Dicen que este monarca se enterró en el castillo del pueblo, que fue muy importante porque su posición en una cota alta sobre el terreno colindante lo hacía un fuerte estratégico.

AGRADABLE PASEO POR EL CAMPO NAVARRO HASTA LOS ARCOS

Desde Monjardín hasta los Arcos, tenemos por delante poco más de 13 km de senda de tierra en forma de pista agrícola. Al salir de Villamayor por el Camino Romaje ya veremos los miliarios que nos indican que sigamos hacia el sur, cruzando después la A-12 por un paso inferior y subiendo una ligerísima rampa hasta Urbiola.

En Urbiola (o ya antes en Monjardín) no está de más aprovisionarse de agua y comida, ya que no hay ninguna localidad más hasta Los Arcos.

Salimos de Urbiola por la calle Mayor, cruzamos la NA 7400 y ya vemos cómo el asfalto se vuelve a convertir en una pista agrícola que en unos 600 m nos vuelve a hacer cruzar la A 12 por otro paso subterráneo. Desde ese momento, tenemos más de 10 km de camino bien señalizado en ligera pendiente. Aunque no sea pista asfaltada en la mayoría del trayecto el sendero es bastante ancho, así que no tendremos ningún problema.

Entramos en los Arcos por el norte. Este pueblo debe su desarrollo histórico a su posición de “nudo de caminos”, entre ellos el Camino de Santiago o las rutas romanas de comercio. Debido a la importancia que tiene como paso de peregrinación sigue la estructura de pueblo-calle, con su calle Mayor coincidiendo con el itinerario del Camino Francés.

Hoy en día es final de etapa para muchos peregrinos, sobre todo los que van a pie, y por ello tiene muchos servicios. Antiguamente también era así y llegó a tener tres hospitales de peregrinos diferentes. Uno de ellos, el de San Lázaro, atendía a muchos peregrinos enfermos en estancias más largas (se recuerda sobre todo una gran epidemia de lepra).

Tras pasar la mal conservada ermita de San Vicente, único vestigio de un pasado esplendoroso en el cual en ese lugar había un gran palacio y una iglesia, nos dirigimos por la calle mayor al centro del pueblo.

Esta vía principal está flanqueada por grandes casas de piedra con escudos en las fachadas, recuerdo también de la importancia histórica de la villa, en la que vivían importantes familias navarras.

En la plaza de la fruta debemos girar a la derecha para llegar a la plaza de Santa María, en la que se nos irá la vista automáticamente a la solemne construcción de mismo nombre, debido a su magnifica sillería y envergadura. Es una de las iglesias más importantes de Navarra.

De nuevo, el Camino de Santiago vuelve a ser la causa de que en tiempos medievales se decidiese impulsar la construcción de un templo. Se inició a finales del S. XII, cuando el itinerario era un fenómeno de masas de la época y se fue reformando hasta el S. XVIII.

Del exterior llama la atención la portada norte del S. XVI, una gran ejemplo renacentista repleta de tallas de ángeles y querubines. En el exterior hay también un gran pórtico de construcción más tardía (S. XVIII), neoclásico y carente de decoración icónica.

Desde la torre de esta iglesia se solía tocar la campana para guiar a los peregrinos que, dado que el camino desde Monjardín no estaba tan bien señalizado como lo está hoy en día (las señales que hoy nos guían son el resultado de un esfuerzo colectivo iniciado en los años 80), se perdían y desesperaban al no divisar Los Arcos.

En Tournride os recomendamos sin dudarlo que os bajéis de la bici para visitar lo que puede ser lo mejor de la iglesia de Santa María: su interior. Repleto de retablos menores de estilo rococó, posee también un gran retablo mayor en el ábside de estilo barroco, del S. XVII. La cantidad de colores y tallas por todas partes maravillan al visitante, repletos de pequeños detalles que llaman la atención. También vale la pena fijarse en la talla manierista (entre el renacimiento y el barroco) de las sillas del coro y, sobre todo, en su órgano del S. XVIII, el más ostentoso de Navarra.

Fuera de la iglesia también vale la pena la visita al claustro, del S. XVI y de estilo tardogótico.

DE LOS ARCOS A TORRES DEL RÍO, MÁS KILÓMETROS DE PISTAS AGRÍCOLAS CON PERFIL SENCILLO

Salimos de Los Arcos por la plaza de Santa María, cruzando el paso de cebra que hay en la propia plaza y que ya desemboca en la ruta jacobea. Una calle asfaltada vuelve a convertirse en una senda de tierra al abandonar la localidad y, siguiendo poco más de 3 km en ligera pendiente, llegaremos a un punto en el que un miliario nos indica que cojamos la pista a la derecha.

Siguiendo recto en una ligera rampa, llegamos a la carretera NA 7205 donde otra señal nos hace girar a la izquierda y seguir por asfalto hasta alcanzar Sansol.

Sansol y Torres del Río están prácticamente pegados, separados por un barranco. Por ello, cuando siguiendo la carretera lleguemos a la NA 1110 y continuemos por ella, veremos a nuestra izquierda Torres del Río en una cota más baja.

Pueblos de Sanson y Torres del Río

Sansol y Torres del Río (fotografía cedida en Flickr por Jose Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

La NA 1110 nos hará desembocar directamente al norte de Torres del Río, bajando una pendiente muy pronunciada. Entramos por la calle de la Carrera y nos dirigimos al centro del pueblo para visitar la iglesia del Santo Sepulcro, una extraña joya del románico.

A los peregrinos que antes de llegar a Puente la Reina les picó la curiosidad y se acercaron a visitar la iglesia de Santa María de Eunate, este templo seguro que les recuerda a esa visita previa. Al igual que la otra iglesia, es del S. XII y también se le relaciona con la Orden del Temple (aunque no hay ninguna evidencia histórica de ello) y en su forma se parece mucho al Santo Sepulcro de Jerusalén. También coinciden las dos en su forma octogonal, aunque en este caso sí que su forma geométrica es perfecta.

Iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río

Iglesia del Santo Sepulcro en Torres del Río (fotografía cedida en Flickr por Total 13 bajo las siguientes condiciones)

En el interior llama la atención su imponente bóveda, con unos nervios entrecruzados que recuerdan la influencia de la arquitectura árabe en esta zona. De hecho, se piensa que pudo ser construida por cristianos artesanos que vivieron durante años bajo dominio musulmán en la península ibérica y que luego vieron su trabajo influenciado por ello.

Por fuera, es curioso cómo a pesar de ser románica y por lo tanto formar parte de un estilo que suele tender a la robustez y a la horizontalidad, este templo tiene tres pisos con vanos abiertos iluminando la cúpula superior y una gran torre cilíndrica que aporta mucha verticalidad. Al igual que otras torres ya vistas, esta se usaba como faro para los peregrinos en la noche, guiándoles su camino.

TRAMO COMPLICADO ENTRE TORRES DEL RÍO Y VIANA

El tramo de Torres del Río a Viana es incómodo, con continuas subidas y bajadas, con un firme cambiante según las necesidades, rodeado de vegetación y cruzando varias veces la NA 1110 cerca de curvas. Como ya mencionamos al principio, recomendamos realizar esta parte de la etapa directamente por la carretera NA 1110, en este caso sí que no tiene sentido para los ciclistas seguir el sendero original.

En todo caso, si decidís coger el sendero tradicional del camino, veréis que está bien señalizado. Saliendo de Torres del Río por la calle asfaltada Camino de Santiago, se desemboca en una senda que cruza la carretera nacional por un paso inferior. En poco más de 2,5 km desde Torres del Río, llegaremos a la ermita del Poyo.

La ermita de la Virgen del Poyo está en el margen norte de la NA 1110, por lo que si hacéis la ruta por carretera pasaréis igualmente por aquí. Antiguamente en este lugar había un hospital de peregrinos y una iglesia dedicada a la Virgen, pero lo único que queda es esta ermita, que está en bastante mal estado de conservación. La obra inicial seguramente se comenzó en el XVI pero en el XIX se recomedeló notoriamente y en ese mismo siglo el templo sufrió un gran incendio que quemó su imagen de la virgen del XVI. La escultura que hoy se puede ver es una copia de la original.

Camino a Viana entre campos verdes

Camino a Viana (fotografía cedida en Flickr por Hans-Jakob Weinz bajo las siguientes condiciones)

Después de seguir durante unos metros por la carretera, la cruzamos y cogemos una senda de tierra que nos lleva a otra carretera, la NA 7206. Tras menos de 80 metros por esa carretera la cruzamos al ver la señal en una senda a la derecha y seguimos por una fuerte pendiente bajando el Barranco de Valdecornava. Con la carretera a nuestra izquierda, cruzamos un pequeño puente sobre el río Cornava y seguimos por la senda de tierra, cruzando por un paso inferior la carretera y continuando hasta llegar a la NA 1110 de nuevo. Los últimos 2 km los hacemos por la carretera para entrar en Viana por su zona de polígono (kilómetro 38 de ruta).

Al llegar a la calle del Cristo, en la entrada de Viana por la NA 1110, veremos la señal del peregrino a la derecha que nos indica que sigamos esa calle. Siguiendo prácticamente recto todo el tiempo llegaremos al centro de la localidad, a la Plaza de los Fueros.

Plaza de los Fueros en Viana

Plaza de los Fueros en Viana (fotografía cedida en Flickr por Instant 2010 bajo las siguientes condiciones)

Viana es la última localidad navarra que visitaremos en el Camino Francés y la gran cantidad de monumentos, restos de murallas y casas blasonadas dan fe de la importancia que tuvo esta villa históricamente. Parte de esta importancia se debe a su situación estratégica, en un alto cerca de la frontera con Castilla. Llegó a tener seis hospitales de peregrinos y hoy en día tiene todos los servicios que un peregrino puede necesitar. Si no os veis con fuerzas para llegar hasta Logroño (quedan 11 km) es la otra opción que tenéis para pasar la noche.

En nuestra parada en Viana no podemos perdernos la visita a la iglesia gótica de Santa María, en la propia plaza de los Fueros. Construida entre los S. XIII y XIV en uno de los momentos de máximo esplendor de la villa, es un maravilloso ejemplo del gótico, con adiciones posteriores. Una de ellas se encuentra al lado de la portada sur, renacentista, en donde una lápida recuerda a los visitantes que allí está enterrado César Borgia, príncipe, guerrero y cardenal.

Iglesia de Santa María en Viana

Iglesia de Santa María en Viana (fotografía cedida en Flickr por Jose Antonio Gil Martínez bajo las siguientes condiciones)

Hijo del papa Alejandro VI, de la familia Borgia (conocida por sus intrigas en el Vaticano y por la sucesión de papas y personajes poderosos que formaron parte del panorama del renacimiento italiano), este personaje pasó a la historia por su fama de hacer todo lo necesario para conseguir sus objetivos. Esto se resume en su lema de “o César o nada”. De hecho, se dice que fue él quien inspiró la obra de “El príncipe” de Maquiavelo, con su filosofía tan influyente en la política de la Edad Moderna de “el fin justifica los medios”.

El nombre de la familia Borgia es en realidad una italianización de la casa de Borja, de origen navarro. César Borgia fue obispo de Pamplona con sólo 16 años y cardenal un año después. Al igual que otros de su linaje, se quería que llegase a papa, pero el nombramiento de Julio II, enemigo acérrimo de su familia, llevó a su encarcelamiento. Al final consigue volver a España como militar y termina por fallecer en un combate en Viana a principios del S. XVI.

Cúpula renacentista sobre la tumba de César Borgia

Cúpula renacentista sobre la tumba de César Borgia (fotografía cedida en Flickr por Instant 2010 bajo las siguientes condiciones)

La portada en la que se encuentra su tumba es uno de los mejores ejemplos del renacimiento español, con multitud de pasajes bíblicos y mitológicos tallados en piedra.

El interior de la iglesia casi nos hace sentir como en una gran catedral, con tres grandes naves y diferentes capillas adyacentes muy decoradas, con frescos en las bóvedas. Se puede dar la vuelta al templo por el triforio, es decir, el pasillo que hay encima de las naves laterales en un nivel superior y que da a la nave central. Desde allí tendremos una buena vista del impresionante retablo barroco que hay en el ábside de la iglesia.

Si queréis pasar más tiempo en Viana también es interesante ir a ver el ayuntamiento, la Casa de la Cultura (antiguo hospital de peregrinos), el convento de San Francisco y la iglesia de San Pedro.

DE VIANA A LOGROÑO, ÚLTIMOS 11 KM POR LA ERMITA DE LA VIRGEN DE LAS CUEVAS

Salimos de Viana por la NA 1111 y tras un kilómetro veremos a la izquierda una pista asfaltada marcada con un miliario que en poco más de otros mil metros nos llevará a la ermita de la Virgen de las Cuevas, que aparecerá a nuestra derecha.

La ermita de la Virgen de las Cuevas no impresiona artísticamente, ya que en el XVIII se rehizo completamente de manera muy sencilla, con mampostería y sin mucha decoración. Lo que llama más la atención es el arco rebajado que da entrada a su pórtico.

Pero aún así recomendamos la visita por varias razones. Primera, porque es parte del camino tradicional Francés. Segunda, porque se emplaza en un lugar en el que había un poblado ya desde antes de la llegada de los romanos (poblado de Covas) que luego en el S. XIII se unió a Viana. Y, por último, porque ya Aymeric Picaud menciona este lugar en su guía del S. XII. Hay al lado de la ermita un pequeño merendero con mesas y bancos de piedra. Un buen lugar para relajarnos.

Tras la visita, enfrentamos los últimos 8 km de etapa, seguimos por esa pista y en unos 200 metros un miliario nos señalará una senda de tierra y gravilla hacia la derecha. Continuando en ligera pendiente (como desde que salimos de Logroño) nos encontramos con una pista asfaltada en rampa que nos lleva a una rotonda de la NA 1111.

Camino de entrada a Logroño

Camino de entrada a Logroño (fotografía cedida en Flickr por Hans-Jakob Weinz bajo las siguientes condiciones)

Siguiendo hacia la izquierda, ya vemos el letrero que nos indica que entramos en La Rioja. Lo pasamos y cogemos la salida a la derecha, bien señalizada, que nos lleva a un paso subterráneo y una pista asfaltada por la que entramos en Logroño. Por la ribera del Ebro llegamos a una rotonda que comunica con el Puente de Piedra. ¡Bienvenidos a Logroño!

UN PASEO POR LOGROÑO

Como siempre, en Tournride os proponemos un paseo de una tarde por la ciudad fin de etapa, para que podáis disfrutar de todo lo que Logroño puede ofrecer. En este caso, en tan sólo 24 minutos andando en total podréis ver gran parte del impresionante patrimonio sacro y civil de la ciudad, a la vez que os zambullís en el ambiente de una ciudad en donde irse de pinchos y vinos es toda una delicia.  

Para comenzar, un poco de historia…

Logroño es desde 1982 capital de la Comunidad Autónoma de la Rioja, la autonomía con menos territorio de España. Su territorio ha estado ocupado desde antes de la llegada de los romanos en el I a. C. y su devenir histórico ha estado marcado, sobre todo, por tres factores:

  • Su situación junto al Ebro. De hecho, el nombre de la ciudad se cree que deriva de la palabra de raíz celtíbera “gronio”, que significa “vado” o “paso”. Los celtíberos que ocupaban esa zona se referirían al continuo vadeo del Ebro.
  • Ser punto de paso del Camino de Santiago. Desde que en el S. XI el rey decidió que por allí pasase la ruta jacobea, la ciudad no paró de cobrar importancia.
  • Su posición fronteriza con los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Su estratégica localización rodeada por el río y cerca de fronteras propició la construcción de infraestructuras militares y también aumentó el comercio. Era lugar de cruce de caminos.

 

Parque de la Ribera al lado del Ebro con Logroño al fondo

Parque de la Ribera al lado del Ebro, con Logroño al fondo (fotografía cedida en Flickr por Marc Kjerland bajo las siguientes condiciones)

 

En el S. I a. C. se fundó “Vareia”, la antigua ciudad romana, que cobró mucha importancia porque como el Ebro es un río navegable permitió conectar las rutas comerciales desde Italia con el interior de la península. Siguió cobrando importancia en los siglos siguientes pero en 1092 es arrasada por el Cid Campeador, pero como su posición era estratégica, para el rey de Castilla era importante que estuviese poblada y por eso tres años después le da un fuero para que se restaurase. Concede la ciudadanía a los francos (extranjeros) y permite apropiarse de tierras, entre otras cosas. Poco después se decide que el Camino pase por allí y la ciudad crece, se amuralla y se crean infraestructuras.

Hoy la mitad de la población de La Rioja vive en Logroño y es una ciudad acostumbrada a recibir a peregrinos y visitantes, con mucha historia y patrimonio que conocer.

Como no podía ser de otra manera, empezamos en el Ebro y vamos al casco antiguo

Comenzamos la visita en el puente de piedra, por el que ya hemos pasado al entrar en la ciudad. Nada más cruzarlo está el parque de Pozo Cubillas a la derecha, y desde ahí hay un mirador que nos permite ver el Puente de Piedra y el río.

El puente se llama así porque también hay otro de hierro y había antiguamente otro de madera. Este se inauguró en 1884 y tiene siete arcos y mide 198 metros. Se construyó por el mal estado en el que se encontraba el antiguo puente de piedra que había allí, que tenía 17 arcos y dos torres fortificadas y fue el gran símbolo de la ciudad (de hecho aparece en el escudo de Logroño). Terminó deteriorándose por las continuas crecidas del Ebro, hoy con el caudal mucho más estabilizado por la construcción de presas y canales subsidiarios.

Puente de piedra en Logroño

Puente de piedra (fotografía cedida en Flickr por Hans-Jakob Weinz bajo las siguientes condiciones)

Vamos a la rotonda y nos metemos en el casco antiguo por la calle Ruavieja, una de las más antiguas de la ciudad. Girando en la primera calle a la izquierda llegamos a la iglesia Santa María de Palacio.

Esta iglesia se construyó entre los S. XII y XIII, con nuevas aportaciones hasta el XVIII. Lo más característico de ella es su torre linterna, conocida como “la aguja”, otro de los símbolos de la ciudad. Su construcción se relaciona con la Orden del Santo Sepulcro, una de las organizaciones religiosas y militares que protegían a los peregrinos. También llama la atención el retablo renacentista del templo.

Torre llamada la "aguja"

Torre denominada la «aguja» (fotografía cedida en Flickr por Jynus bajo las siguientes condiciones)

Plaza de Santiago, de misterios templarios a milagros del apóstol

Volvemos a la calle Ruavieja y cruzamos la calle Sagasta para llegar a la plaza Santiago, donde hay tres cosas que no nos podemos perder ya que todas están en relación al Camino: La fuente del peregrino, el curioso juego de la Oca de tamaño humano y la iglesia de Santiago.

En la plaza podremos ver a nuestra derecha unos dibujos en el suelo, con dados enormes incluídos, que representan un tablero del juego de la Oca. Hay una teoría que dice que este juego fue inventado por los templarios en el S. XI, como una representación del Camino de Santiago con sus puentes (“de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente”) y con la oca como representación del papel protector que la orden ejercía, ya que estos animales hacen mucho ruido ante extraños (“de oca a oca y tiro porque me toca”). Por eso en el suelo se representa cada parada como una ciudad del camino, comenzando en Logroño, con monumentos importantes marcados.

Juego de la Oca e iglesia de Santiago el Real al fondo, en la plaza de Santiago

Juego de la Oca e iglesia de Santiago el Real al fondo, en la plaza de Santiago (fotografía cedida en Flickr por Aitor Escauriza bajo las siguientes condiciones)

Enfrente está la fuente del peregrino, construida se cree que en 1675 pero completamente restaurada en 1986.  A esta fuente también se le llama la fuente de Santiago, ya que está al lado de la iglesia de mismo nombre.

La iglesia de Santiago el Real es la más antigua de la ciudad, se dice que fue fundada por un discípulo del propio Santiago. Cuando el apóstol vino a predicar a la península, un grupo de personas le siguieron después hasta Jerusalén, entre ellas su discípulo Arcadio, quien se dice que fundó esta iglesia (para más información ver la Historia de Santiago). Obviamente, el edificio que hoy vemos no es ese, sino uno posterior.

En el año 884 se reconstruyó ese primitivo templo, tras la Batalla de Clavijo, aunque luego esa iglesia se quemó y se hizo lo que vemos hoy en día, en el S. XVI. La Batalla de Clavijo es una de las más míticas de la guerra de los cristianos para expulsar a los árabes de la península. En la fachada de la iglesia podemos ver una escultura en la parte superior, que representa a Santiago como Matamoros.

Ya habíamos visto a Santiago vestido como peregrino en otras representaciones, lo cual racionalmente no tiene sentido porque peregrinaría  a su propia tumba, pero es una simbología muy potente.

La del apóstol como un guerrero sobre caballo es otra de sus iconografías más representativas. Durante la Edad Media eran corrientes los relatos de milagros de santos, y las apariciones del apóstol en las batallas era una de las más extendidas. Durante la denominada Reconquista se decía que el apóstol se aparecía y ayudaba a “matar moros” y en la Batalla de Clavijo hizo una de sus apariciones más estelares. En realidad lo que se sabe hoy de esa batalla es una revisión historiográfica del XVIII que seguramente esté bastante “adornada”.

Iconografía de Santiago Matamoros en León

Iconografía de Santiago Matamoros en León (fotografía cedida en Flickr por Francisco González bajo las siguientes condiciones)

La aparición de Santiago en batallas siguió siendo un milagro frecuente con el paso de los siglos. Cuando se conquistó América se creó la iconografía de Santiago Mataindios, que ayudaba a los conquistadores españoles contra los indígenas. Y, cuando siglos después, los hijos de estos conquistadores lucharon por la independencia, nació Santiago Mataespañoles. Como vemos, ¡las diferentes iconografías militares de Santiago cuentan mucho de la Historia!

Visita al parlamento y reponemos fuerzas en el mercado de abastos

Seguimos por la calle Barriocepo para llegar a uno de los edificios más representativos de la ciudad, esta vez de carácter civil: el parlamento de La Rioja. El edificio que ocupa era un antiguo convento, el de la Merced, construido entre el S. XIV y S. XVI. Desde 1998, el parlamento usa lo que antes era la iglesia y el claustro que, cubierto con una cúpula de cristal, es donde está el hemiciclo. La parte este del edificio es la Biblioteca de La Rioja.

Además de estos dos usos, el recinto también fue usado como cuartel militar y, de 1889 a 1978, fue una fábrica de tabacos. De hecho, en la calle Portales queda hoy en día el resto más característico de este antiguo uso: una gran chimenea roja de ladrillo, que se dejó como recuerdo.

Museo de La Rioja en Logroño

Museo de La Rioja (fotografía cedida en Flickr por Kris Arnold bajo las siguientes condiciones)

Seguimos caminando por la calle de la Merced hasta el Museo de la Rioja, y allí giramos a la izquierda para dirigirnos al mercado de Abastos, que data de principios del S. XX. Entre sus paredes de ladrillo rojo, hierros y grandes ventanales podremos disfrutar de la mejor gastronomía riojana, ya que además de vender los productos también hay lugares en los que los cocinan. Si queréis disminuir vuestro presupuesto para la comida, es un sitio genial para comprar algo rico y comerlo en un parque más tarde. Los horarios pueden verse en su página web.

Terminamos en la Concatedral de Santa María y aprendemos sobre vino

Salimos del mercado por la calle Sagasta y girando en la calle Portales a la derecha ya llegamos a la concatedral de Santa María la Redonda. Aunque hoy el nombre llama la atención porque no vemos nada de circular en el templo, le viene dado porque antes allí había otra iglesia que era octogonal, parecida a la vista en Torres del Río. Cuando en el S. XV se declara a Logroño “ciudad” se decide crear un gran templo, tirando el pequeño románico y comenzando en 1516 lo que vemos hoy en día.

Fachada sur de la Concatedral de Santa María la Redonda

Fachada sur de la Concatedral de Santa María la Redonda (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

El interior es de estilo gótico isabelino, denominado así porque durante el final del reinado de los reyes católicos se hicieron muchas obras que están entre el final del gótico y el principio del renacimiento, por lo que tienen características de ambos estilos. Por la situación política del momento también toma elementos decorativos musulmanes y de Flandes. Todo un ejemplo de eclecticismo.

Por eso, aunque las columnas y arcos son de estilo gótico, vemos cómo en las bóvedas de crucerías se marcan nervaduras formando una especie de palmeral, con filigranas, de influencia árabe. En la fachada principal, por otro lado, vemos cómo ya es un estilo plenamente barroco, ya que todo el exterior de la iglesia se reformó en el XVIII. Las dos enormes torres gemelas del templo son otro de los grandes símbolos de la ciudad y la puerta parece casi un retablo en piedra.

 Interior de la Concatedral de Santa María la Redonda


Interior de la Concatedral de Santa María la Redonda (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

Una curiosidad de esta iglesia es que, al estar tan cerca del río, el terreno sobre el que se asienta es pantanoso. Por ello, se usó para cimentarlo partes de ramas de vid, que no se pudren con la humedad y ayudan a repartir el peso.

Fachada de la Concatedral

Fachada de la Concatedral (fotografía cedida en Flickr por Antonio Periago Miñarro bajo las siguientes condiciones)

Pero la vid no sólo juega un papel crucial en este templo, sino que como se sabe en esta comunidad todo lo relacionado con el mundo del vino es muy importante. La D.O. La Rioja es una de las más conocidas nacional e internacionalmente. Desde que los romanos introdujeron su cultivo, no se ha dejado de producir vino en esta zona.

Prueba de ello son las diferentes bodegas que podemos encontrar cerca del núcleo de Logroño. Si os interesa este tema, las que están más cerca de la ciudad son las Bodegas Franco-españolas, Ontañón y Ijalba aunque en esta página y en esta otra podréis encontrar todo tipo de actividades en relación al vino en Logroño.

Interior de una bodega en Logroño

Interior de una bodega en Logroño (fotografía cedida en Flickr por Kris Arnold bajo las siguientes condiciones)

Reponemos fuerzas cenando algo en alguno de los parques o nos vamos de pinchos

Para terminar el día, desde Tournride os damos un par de opciones para cenar algo, relajaros y poder afrontar con fuerza el día siguiente. Si preferís relajaros en un parque picando algo de comer, podéis ir a un parque en la ribera del Ebro, como por ejemplo el parque del Ebro que ya hemos marcado en nuestro mapa. 

Si preferís probar la gastronomía riojana, iros de pinchos será una muy buena opción. En la parte sur del mercado de abastos, en la calle Laurel, encontraréis más de 50 locales en un ambiente animado, tranquilo y distendido. La otra zona que también es típica de pinchos es la zona cercana a la calle San Juan, paralela a la calle Portales hacia el sur. Aún así, en esta página encontraréis toda la información necesaria sobre lugares de pinchos y actividades gastronómicas y enológicas en Logroño.

En la siguiente etapa recorreremos una distancia parecida pero nos exigirá más esfuerzo por su perfil e itinerario, ¡así que a disfrutar antes de todo lo que Logroño nos puede ofrecer!